EL PAíS • SUBNOTA
De vacaciones en Punta del Este, pero molesta por el respaldo del papa Francisco a la dirigente social Milagro Sala, la diputada Elisa Carrió llamó a no “generar confusión” y advirtió que es “sumamente peligroso alimentar la violencia desde el plano espiritual”. Como informó este diario, Jorge Bergoglio le envió un rosario bendecido a Sala, apresada desde hace un mes en Jujuy, en un claro gesto de apoyo. La reconocida devoción de Carrió por Bergoglio encontró su límite en la alianza política que mantiene con Mauricio Macri: ayer, la líder de la Coalición Cívica reclamó: “Hay que defender” al Presidente, quien, según dijo ella, “busca la pacificación” y “fue electo por vía democrática”, por lo que “es preciso no generar confusión”, argumentó. Carrió señaló que confía en “los obispos de Argentina”, pero “ya no en el Papa”. Aunque no fue invitada a la visita oficial que Macri hará a Bergoglio, en el Vaticano, la diputada avisó: “A Roma no voy”.
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