Mié 02.03.2016

EL PAíS • SUBNOTA  › STIUSO CAMBIó SU DECLARACIóN Y AHORA DICE QUE A NISMAN LO MATARON

El nuevo libreto del espía

Sin ofrecer pruebas ni indicios, el ex jefe de Operaciones de la SIDE estimó que el fiscal fue asesinado por algún “grupo relacionado con el gobierno” de Cristina Kirchner y que fue por “investigar y denunciar a todos”.

› Por Irina Hauser

Una o dos imágenes de Antonio “Jaime” Stiuso circulan desde hace un año por diarios y portales. Sólo la cara se ve, algo redonda. Está más flaco ahora y tiene bolsas prominentes bajo los ojos. “Estoy más deshinchado”, se describe en un momento en que dirige la mirada a la fiscal Viviana Fein. El ex jefe de Operaciones de la ex SIDE mira a los ojos con profundidad. Su voz cautiva y nadie entiende por qué. Llegó a las 8 del lunes al Palacio de Tribunales, saco gris, camisa blanca sin corbata y pantalón de vestir. Nadie advirtió su presencia. Entró al despacho de la jueza Fabiana Palmaghini, en el piso 5º, con un maletín en la mano, desplegó papeles y abrió una notebook. No parecía un testigo: en lugar de sentarse mirando a la jueza giró la silla para hablarles a todos los abogados presentes a la vez, como quien da una charla. En su maratón de diecisiete horas de declaración dijo que a Nisman lo mataron, que fue obra de algún “grupo relacionado con el gobierno” de Cristina Kirchner –a quien sólo nombró como “ella”– y que fue por “investigar y denunciar a todos”, en alusión a la ex presidenta, el ex canciller Héctor Timerman y otras personas, por supuesto encubrimiento de los iraníes sospechosos del atentado a la AMIA. Stiuso no ofreció pruebas de su teoría, contó vida y obra junto a Nisman, lucubró que los misteriosos asesinos aprovecharon que estaba el arma de Diego Lagomarsino en el departamento de Le Parc y mencionó tres episodios vinculados a peleas internas de la ex SIDE que habrían marcado la antesala de la muerte de Nisman.

La primera declaración de Stiuso fue casi secreta, en el feriado de carnaval del año pasado. Allí había dado una versión distinta de su impresión de los hechos. Dijo entonces que “le llamó la atención la muerte sorpresiva” del fiscal, “que nunca lo hubiese esperado de una persona como Nisman, apasionado con su trabajo”, igual que él mismo, comparó. O sea, se sorprendió e inclinó por el suicidio.

Esta vez, para cambiar de discurso, acusó a la fiscal Fein de omitir poner en el acta de su declaración que él había asegurado que relacionaba la muerte del fiscal con su trabajo en la investigación del atentado.

–¿Pero no le leyeron su declaración al terminar? –preguntó el abogado Pablo Lanusse, que representa a la mamá de Nisman.

–Sí –respondió Stiuso, sin aclarar por qué no pidió rectificar el texto. Ese 17 de febrero se fue a las corridas, rumbo a Miami, vía Uruguay. Ahora, la jueza Palmaghini promovió una denuncia contra la fiscal por incumplimiento de los deberes de funcionario público y falsificación de documento.

El quinto piso de Tribunales estaba bloqueado por policías anteayer. Para ahuyentar a los periodistas decían que la declaración sería hasta las tres de la mañana. Y era verdad, lo sabían.

Stiuso sacó de su maletín una declaración escrita donde contaba toda la historia de su relación con Nisman, a quien llamaba “Alberto”, y decía que le daba apoyo, aunque es conocido que llevaba la batuta. La leyó Palmaghini, con su voz ronca, de fumadora. Stiuso decía que investigaba y hacía dictámenes. En 2003, explicó lo que consideraba “la matriz” por la cual se habrían instalado en Sudamérica las bases del gobierno iraní. Se jactó de que ese material fue usado por Nisman para implicar a los iraníes. En 2012 dejó inconcluso otro dictamen, dijo, cuyo eje era explicar la razón de los atentados a la Embajada de Israel y la AMIA: que Argentina había incumplido con los convenios de asistencia nuclear a Irán (de la época del gobierno de Raúl Alfonsín) y para presionar produjo los ataques. Es la línea del discurso de Estados Unidos e Israel.

Otro tramo habla del contexto de la firma del Memorándum de Entendimiento con Irán (el mecanismo del gobierno de Cristina Kirchner para lograr la declaración de los sospechosos iraníes, que Nisman cuestionaba) y señala –siempre en la versión de Stiuso– que la ex presidenta habría dicho al ex número dos de la SIDE Francisco Larcher que transmitiera a Nisman y el ex jefe de operaciones que ya no había interés en avanzar en la causa AMIA. Sugiere que había alguna negociación de fondo pero que no se habría concretado.

“A Nisman lo mataron por ir siempre para adelante, siempre para adelante, sin ceder”, repitió Stiuso, según pudo reconstruir Página/12 a través de fuentes del caso. Luego enumeró tres episodios que lo ayudan a suponer que a Nisman lo mataron, y que reflejan internas de inteligencia: el asesinato, el 9 de julio de 2013, del Loqueen Balé, un ex agente de contrainteligencia de confianza de Stiuso, en un procedimiento del Grupo Halcón, en una causa por drogas; el secuestro de un día, en octubre de 2012, de Alfonso Severo, un testigo del juicio por el asesinato de Mariano Ferreyra que le apuntaba al duhaldismo, situación por la cual se abrió una investigación contra Stiuso, a cargo de José María Campagnoli, en la que se ordenó allanar su casa (Stiuso cuestionó por eso a la procuradora Alejandra Gils Carbó); el tiroteo en octubre de 2011 al auto del auditor general Javier Fernández, más conocido como operador judicial de varias épocas, cuya relación con el propio Stiuso hasta ahora nunca se había explicitado.

Stiuso quería decir que Nisman vivía en riesgo constante. Cuando le preguntaron si tenía miedo dijo que “no”, algo útil para la querella que objeta la explicación de Lagomarsino de que le pidió prestada el arma porque temía por él y sus hijas. Stiuso deslizó la hipótesis de que un grupo comando entró a su casa para matarlo, aprovechó que estaba ahí la Bersa del técnico informático y la usó. “Quisieron simular un suicidio y lo hicieron mal”, dijo.

El abogado de Lagomarsino, Gabriel Palmeiro, le preguntó si era posible que entrara alguien a matarlo con la seguridad que había en Le Parc. “Obvio”, respondió displicente, sin dar detalles. “Igual con el tema iraníes, no es relevante si uno tiene custodia, porque uno si es un blanco, te estudian y ya saben cómo te movés”, se explayó. ¿Quién lo mató?, le preguntaron. “Un grupo cercano al gobierno”, “a los denunciados”, afirmó. Dijo que podía ser un grupo nacional o internacional, que no sabía. Mencionó que su avance sobre Irán motivó una “fatwa” de Teherán, una orden de matarlo donde sea.

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