Por V. G.

Según relató Mario Pontaquarto, la noche del 26 de junio de 2000, después de que se aprobara la ley de Reforma Laboral, pasó por el hotel Howard Johnson a buscar las valijas con el dinero de las coimas y luego se dirigió a la casa del entonces senador Emilio Cantarero. Antes de llegar, hizo una llamada para que le abrieran el portón. El juez Rodolfo Canicoba Corral recibió ayer un informe que confirma la existencia de esa comunicación. No sólo coinciden los teléfonos sino también la ubicación. Según el parte, cuando Pontaquarto marcó el número de Cantarero estaba en la celda 52, que corresponde a Callao al 1800, es decir, muy cerca del departamento del ex legislador. Se trata de una prueba importante para la causa.
“Además de que se confirma esa llamada también surge que la comunicación anterior se hizo cerca del Congreso”, manifestó un funcionario judicial que tuvo acceso al informe de la empresa de telefonía. Lo único que necesita ratificarse son los horarios de las llamadas, ya que habría una diferencia, aunque poco significativa, entre lo que surge del informe y la declaración de Pontaquarto.
Este no es el único llamado mencionado por el “arrepentido” que pudo confirmarse. También constan varias comunicaciones –con Cantarero, Remo Constanzo, José Genoud y otros senadores– que Pontaquarto recibió entre las nueve de la noche del 26 hasta el 27 al mediodía.
El juzgado acumuló otros indicios que convalidan las palabras del ex secretario parlamentario. Por ejemplo, consideran probada su visita a la SIDE del 18 de abril y sus posteriores entradas al organismo, mientras negociaba un nombramiento en el exterior. También se verificó su estadía en el Hotel Howard Johnson. Además, un sumario interno de la SIDE también reveló que varios ex senadores, como José Genoud, Ricardo Branda y Beatriz Raijer, visitaron el organismo entre enero, febrero y marzo de 2000, mientras se negociaba la ley de Reforma Laboral.