Mié 07.01.2004

EL PAíS • SUBNOTA

Alias “Buena Tarde” era el espía que solía custodiar al Señor Cinco

Alberto Rui Día era el chofer de Fernando de Santibañes que supuestamente siguió al auto de Mario Pontaquarto con los cinco millones hasta el Senado.

› Por Eduardo Tagliaferro

Algunos psicoanalistas dicen que las personas conducen como se comportan en la vida cotidiana. Para ellos, los vehículos aparecen como una prolongación anatómica. Si esto es así, el ex chofer de Fernando de Santibañes demostró no tener una gran pericia frente al volante. “Lo marearon las luces del centro”, comentó a este diario un ex funcionario del organismo de inteligencia que supo conocer a Alberto Rui Día para dar una idea del veloz ascenso a lugares de poder que tuvo la carrera de este espía. Y en la Argentina, a pesar de lo que digan los más acérrimos defensores de las teorías neoliberales, está probado que el principal lugar desde el que se derraman algunos beneficios económicos es el de la cercanía al poder.
En sus primeros testimonios públicos, el arrepentido Mario Pontaquarto señaló que la noche del 18 de abril de 2000, al salir de la cochera de la avenida Leandro Alem con cinco millones de pesos dentro del baúl de su Peugeot 406, fue acompañado por un Renault Laguna blanco hasta la playa de estacionamiento del Senado.
Rui Día admitió ayer que en esa fecha manejaba un Laguna. No podía ser de otro modo, ya que en esa repartición los automóviles suelen tener un responsable fijo. Tal como sucedía con Rui Día y ese Renault blanco. La afirmación de Pontaquarto de que ese vehículo salió detrás suyo de la cochera del edificio del organismo es concordante con la práctica habitual en la casa de los espías. Solamente los coches asignados al secretario o al subsecretario de Inteligencia son los que tienen permitido estacionar allí.
Rui Día supo integrar el equipo de custodia de De Santibañes en febrero de 2000, a pocos días de que el amigo de Fernando de la Rúa decidiera expulsar de la SIDE a más de mil agentes de inteligencia. Fue el ex mayor del Ejército Alejandro Brousson el que logró sentarlo frente al volante del Laguna blanco. Rui Día era uno de los hombres de confianza del ex carapintada. Además de darle seguridad al ex banquero, la movida le permitía a Brousson estar al tanto de los movimientos del jefe.
Los espías suelen tener nombre de fantasía y también apodos. Pero en el caso de Rui Día, los agentes que reportaban en el edificio de la calle 25 de Mayo solían llamarlo “Buena Tarde”, por el defecto que el chofer tiene en no pronunciar las eses. Al igual que Brousson, su principal mentor, Rui Día supo pertenecer al grupo Sala Patria. Uno de los dos que bajo el mando del menemista Hugo Anzorreguy supieron enfrentarse en una feroz interna por la investigación de la explosión de la AMIA.
Desde la llegada de De Santibañes, Rui Día compartió la tarea de chofer del ex banquero con la de custodia. En esa tarea estaba acompañado por el ex suboficial de la Fuerza Aérea Daniel Medina. Hombre que supo dedicarse a la seguridad en entidades financieras antes de que De Santibañes lo llevara a trabajar para la repartición estatal de inteligencia.
Cuando este diario publicó que Medina era quien había recomendado la compra de aparatos Nextel a nombre de la empresa Canteras Brandsen y que, además de monitorear su uso desde una central telefónica, había sobrevivido a De Santibañes, a Carlos Soria, a Miguel Angel Toma, y continuaba realizando la misma tarea para el santacruceño Sergio Acevedo, Medina presentó su renuncia a la SIDE.
En ese momento, Rui Día también intentó renunciar. A diferencia de Medina, no tuvo la suerte de que en el organismo se la aceptaran. Antes de liberarlo de sus lazos con la SIDE, las actuales autoridades decidieron investigar su paso por el organismo y el rol que jugó en el escándalo de los sobornos. Quienes conocen a este dúo de agentes afirman que la recomendación les vino desde Villa Rosa, pago chico del ex banquero.
Rui Día no se despegaba de De Santibañes en ningún momento. Incluso cuando, alrededor de las cinco de la tarde, éste cruzaba la vereda para ingresar a la Casa Rosada a tomar whisky y comer una picada con De la Rúa, el chofer iba detrás suyo. A veces lo hacía corriendo acompañado de Medina. Era cuando el secretario de Inteligencia se les había escabullido sin que se dieran cuenta.
Los choferes o custodios del Señor 5 suelen destacarse, además de sus perfiles laborales, por los beneficios económicos que reciben. Los de Anzorreguy supieron degustar las mejores botellas de champaña europea. A Rui Día el ex banquero le construyó una pieza para que pernocte y se instale en la quinta de Villa Rosa. El cambio también se tradujo en los sueldos. Rui Día lo vio crecer varias veces. Todo marchaba sobre rieles hasta que tomó la luz pública el nombre de Canteras Brandsen, del agente Isaac García, su titular y de Medina, el suboficial de la Fuerza Aérea.

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