EL PAíS
• SUBNOTA
No hubo autos ni caos, pero sí gente y baile
El Puente Pueyrredón volvió a ser el punto de mayor convocatoria. El corte duró las siete horas previstas. Contra las agorerías, no existió violencia policial ni piquetera. Sí una pacífica ocupación que incluyó almuerzo de campaña al sol y un concurso de baile.
Es el lugar simbólico de las manifestaciones de desocupados de los últimos años. Fue donde comenzó la cacería policial que terminó con los asesinatos de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán. Es el primer lugar que nombran los portavoces de la derecha mediática cuando describen (o vaticinan) sus famosos “caos de tránsito”. Y ayer fue, como suele ocurrir, el sitio que congregó a la mayor cantidad de piqueteros que, contra todas las voces interesadas, se movilizaron sin violencia, sin represión y sin caos. Con la policía lejos, bien lejos, cerca de cinco mil personas soportaron el sol, demostraron organización y templanza durante siete horas.
A las diez en punto, la hora señalada, cuando aún había nubes que no dejaban pasar los rayos del sol, un grupo vestido con pecheras amarillas subió al puente proveniente de la zona sur del conurbano. La columna del MIJD fue la primera en llegar y cortar el paso a los pocos automovilistas que, aunque conociendo la programación de la protesta, no eligieron otro camino. La policía eligió la distancia. En la subida de Capital, dos patrulleros cruzaron cada una de las manos adelantándose a la valla de seguridad formada por hombres, que habían armado las agrupaciones.
Mientras las nubes se iban, llegaban cientos de militantes desde las distintos accesos del puente. Detrás de una enorme bandera roja, los integrantes del MST Teresa Vive aparecieron por la curva que sube desde la avenida Pavón. Recibidos por aplausos, jóvenes y viejos, mujeres y niños se prepararon para una larga jornada. Equipados con botellas de agua congelada, termos, mates y hasta algunos sándwiches de milanesa, fueron buscando su lugar. En los minutos siguientes llegaron otras agrupaciones como el Polo Obrero, MTL, Teresa Rodríguez, CTD Aníbal Verón, CUBA, FTC, UTL y MP 29, que completaron el escenario.
“Algunos compañeros no vinieron porque temían que hubiera represión”, comenzó a contar Silvia mientras se protegía del sol, que ya pegaba fuerte, con un paraguas destartalado. Desocupada, con cinco hijos y un marido que sólo consigue algunas changas, la joven del MIJD se acercó al puente porque “no me alcanza con un plan de 150 pesos. Lo que quiero es tener trabajo para poder darle de comer a mi familia”. Primero lo urgente y después lo importante. El reclamo por la nulidad de la Ley de Reforma Laboral apareció más tarde en la conversación. “Los de clase media se enojan con nosotros, pero nosotros también estamos pidiendo por una ley de flexibilización que perjudica a los trabajadores. Yo ni siquiera tengo trabajo”, explicó Silvia mientras, debajo del puente, una decena de ollas negras cocinaban fideos sobre el calor del fuego.
Unos metros más allá, los líderes de los movimientos piqueteros, llegados de su reunión con la Comisión de Trabajo del Senado (ver página 4), empezaban su maratón mediático. Radios, diarios y televisión, mucha televisión, hicieron una gran cobertura del corte, con un micrófono de Intrusos (el programa de chimentos de Jorge Rial) incluido. Entre nota y nota, los dirigentes se pasaban las novedades. Una de las noticias más festejadas fue la que recibió Raúl Castells por celular. “Muchachos, cortamos la frontera con Paraguay en Formosa”, gritó eufórico.
Un rato después, y en el medio de todas las columnas, se armó el baile. Un camión de sonido llegó con su música, y el chamamé, la cumbia y el rock levantaron a los manifestantes. El corte se transformó durante una hora en una pista donde hasta se organizó un concurso. El cantante de la banda Santa Revuelta, que suele participar de los reclamos, tomó el micrófono, cantó y regaló sus CDs a los ganadores.
“Lamentablemente tenemos que decir que la protesta fue un éxito. Digo lamentablemente porque esto significa que son miles los que tienen que salir a reclamar por las condiciones en las que viven”, dijo Beto Ibarra del MTL haciendo un balance de la protesta. A las 15.30, los líderes piqueteros dejaron por un segundo los medios y uno por uno les hablaron directamente a los manifestantes. “Hemos dado una respuesta al Gobierno ante su campaña intimidatoria, garantizando una jornada masiva en perfectoorden”, comenzó Gustavo Giménez del Teresa Vive. Después, el dirigente del Polo Obrero, Néstor Pitrola, se acordó de las declaraciones del jefe de Gabinete, Alberto Fernández. “Le dedicamos el éxito de los 107 cortes en todo el país al ministro que dijo que nos habíamos quedado solos y que íbamos a fracasar”, gritó Pitrola en medio del “Piqueteros, carajo” que cantaban, puño en alto, los protagonistas de la protesta.
“Llegué al corte y pensé si hoy estuvieran aquí Aníbal Verón, Teresa Rodríguez, Javier Barrionuevo, los 41 mártires del 19 y 20 de diciembre, los jóvenes hermosos que dejaron sus vidas en este puente –comenzó entre lágrimas Raúl Castells–. Y me dije que a pesar de todos nuestros muertos acá estamos, en la lucha del pueblo, y nuestros compañeros están acá junto a nosotros”, terminó el líder del MIJD, emocionado y entre los aplausos de todos los piqueteros que miraron de reojo el mural de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán que los recuerda sobre una pared del puente.
El sol seguía clavado en el cielo y ya no alcanzaban los helados de 50 centavos para calmar el calor. Pero nadie se movió hasta que el reloj marcó las 5. Recién ahí, la cabecera de toda la protesta nacional comenzó a desconcentrarse. Entre canciones y al ritmo de algunos redoblantes, se subieron a los micros que esperaban debajo del puente: “No se escucha/ no se escucha/ griten todos/ unidad de los que luchan”.
Informe: Martina Noailles
Nota madre
Subnotas