Lun 29.03.2004

EL PAíS • SUBNOTA

Cuatro voces del fisurado mosaico peronista

José Manuel de la Sota, gobernador de Córdoba: “Antes del Congreso en Parque Norte me fue a buscar el gobernador Eduardo Fellner de parte del presidente Kirchner, para decirme que querían hacer una reunión de gobernadores en mi provincia. Les expliqué que en Córdoba los temas partidarios no suelen ser bien vistos por la sociedad. Insistieron, los recibí con todo gusto, fuimos al Congreso y armaron la conducción del partido como aparentemente se había congeniado con el Gobierno. Esa lista la armó Fellner junto con el diputado nacional por Buenos Aires Eduardo Camaño, en consulta con todos, diciendo que eso era lo que se había acordado con el Gobierno. Yo no me metí en el armado de esta conducción y creo que quienes la armaron tienen que resolver el tema. Si alguien pretende convertirme en opositor, demonizarme o hacerme el malo de la película, se equivoca. En el Congreso, lo que nadie dice, es que mi mensaje fue de pleno respaldo a la agenda y a las soluciones que el presidente de la Nación viene dando, todos los otros temas ni me van ni me vienen. Considero que las renuncias a los cargos partidarios que anunciaron algunos mandatarios son incomprensibles y no creo que el Presidente busque la desunión del partido. El tema de los que se denominan los transversales, o los sin partido, es un tema de ellos. Yo tengo partido, yo siempre fui, soy y seré justicialista. Creo que el peronismo tiene que cambiar, adecuarse, modificar y sumar ideas nuevas, apoyar al Gobierno y al Presidente. Lo que ocurre es que a veces a los justicialistas desde afuera del partido no les gusta que les digan qué es lo que tienen que hacer”.
Aníbal Fernández, ministro del Interior: “El justicialismo necesita un partido aggiornado, con capacidad de selección y de debate interno que garantice un nivel que luego se pueda trasladar a la gestión de gobierno. No tiene ningún sentido discutir la transversalidad porque esa iniciativa es como un libro sin tapas y sin hojas. Los justicialistas no precisamos una discusión de baja estofa que lo único que deja de residuo es absolutamente nada y hace berreta la política, porque eso no le sirve a nadie. El congreso que tenía que funcionar para reponer una conducción e incluso para trabajar en políticas públicas, se convirtió en una discusión mesozoica y sin criterio ya que los que hablaban fueron impedidos de seguir adelante. Encima, cuando se dieron propuestas políticas lo que encontramos como contrapropuesta fue una discusión de peluquería. Ofrecemos ese espectáculo de discusiones paleolíticas en un congreso que termina con silbidos, abucheos, patoteros, con tipos impresentables ante la sociedad que no pueden sentarse a tomar un café en un bar de Plaza de Mayo. Estamos todos locos, porque así no hay posibilidad de seguir adelante con un cambio cualitativo en la política que a partir del 2001 puso en riesgo 150 años de construcción política. Ese cambio se va a producir por el debate y la capacidad de los congresales de presentarle a la Argentina una nueva propuesta del peronismo. Yo no me voy a callar la boca porque soy congresal del peronismo y, además, de ese peronismo un pedacito me pertenece y nadie juega con lo que me pertenece”.
Alberto Fernández, jefe de Gabinete: “Después del congreso la gente no piensa distinto a como lo hacía antes. Simplemente se da allí una disputa de posiciones, se toman posiciones y las cosas se van poniendo en blanco sobre negro. La discusión es una discusión fuertemente política. Me parece que está claro que tenemos que revisar cosas. Los más abucheados en Parque Norte son los más aplaudidos en la calle y los más aplaudidos son los que menos pueden caminar por la calle. Igualmente creo que en cualquier caso hay que respetar las opiniones, y lo que se ha visto en el congreso es una enorme incapacidad para aceptar estas cosas. Esto no le hace bien a nadie. Me parece que después de los acontecimientos del 19 y 20 de diciembre la gente reclama una manera distinta de actuar. Para un gobierno lo más importante es el apoyo que recibe de parte de la gente. En ese sentido el presidente goza de un nivel de adhesión popular importante. Un gobierno se debe primero a la gente y nosotros pensamos y actuamos en esa lógica, según los postulados de la campaña de Néstor Kirchner. Creo que eso es lo que está ocurriendo y que muchos gobernadores del justicialismo están acompañando. Por eso estas peleas parecen poco felices cuando hay cosas más graves. Por otra parte, no entiendo por qué un acto de rememoración del día en que empezó una época macabra en la Argentina, como fue el 24 de marzo, puede haber generado tanto disloque, tanto malestar en algunos e incluso llevar a algunos casi a igualar al terrorismo de Estado con el otro terrorismo”.
Luis Barrionuevo, titular del PJ de Catamarca: “Si bien no tengo ningún contacto con Kirchner, considero que el peronismo de Catamarca debe acompañar al presidente de la Nación en lo que respecta a la conducta que debemos tener. Esto está claro. Por otra parte, los que vivimos de cerca a Cristina Fernández de Kirchner, en el congreso del peronismo vimos la misma ostentación que ella hace sobre los senadores, cómo los aprieta, cómo los reprime y cómo les ordena, como si fuera una maestra. Indudablemente eso quedó evidenciado en el Congreso. Ella creía que estaba en el Senado y este era el congreso del peronismo donde había gobernadores, legisladores, congresales con una larga trayectoria en el peronismo. Antes de criticar a ninguna compañera, llámese Olga Riutort o Chiche Duhalde, o como se llamen las compañeras, todas tienen larga trayectoria y militancia, realmente les corresponde el lugar donde están. Yo creo que esas son las equivocaciones que tiene Cristina”.

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