EL PAíS
• SUBNOTA › EL INFORME DE CFK SOBRE EL ATENTADO A LA AMIA
Viejos motivos de la pelea
› Por Raúl Kollmann
El embate de la DAIA contra Néstor Kirchner no refleja una interna de la comunidad judía, sino un choque profundo y de vieja data entre dos visiones totalmente opuestas de la investigación del atentado contra la AMIA. Cristina Fernández de Kirchner fue siempre una crítica feroz de la pesquisa encabezada por la SIDE en los tiempos de Carlos Menem, el juez Juan José Galeano y la Policía Federal, mientras que la DAIA, en ese entonces con el liderazgo de Rubén Beraja, respaldó, casi sin críticas, tanto a la SIDE, como a Galeano y al comisario Jorge Palacios, el hombre de la Federal que estuvo al frente de la Brigada Antiterrorista. Cuando Cristina Kirchner integró la Comisión Bicameral de Seguimiento de la Investigación de los Atentados, elaboró un informe lapidario sobre la pesquisa –“es una afrenta a la inteligencia colectiva”– y hoy el curso de los acontecimientos parece darle la razón: quienes protagonizaron la investigación están en serias dificultades. Beraja preso, Galeano apartado del caso, los fiscales también marginados, la mayoría de los funcionarios de la SIDE echados y Palacios pasado a retiro obligatorio.
El llamado Informe Cristina, elaborado cuando Néstor Kirchner ni siquiera era candidato a presidente, dice en forma textual:
- “La investigación a cargo del doctor Galeano no sólo no arroja resultados satisfactorios en lo que hace a la identificación de los autores de la voladura de la AMIA, sino que presenta claroscuros y dudas cada vez más acentuadas acerca de la actuación del magistrado y su relación con la SIDE.”
- “Resulta ocioso señalar que intentar presentar como un logro haber detenido y procesado a un comisario y a un doblador de autos constituye una afrenta a la inteligencia colectiva.”
- “Por el contrario, la situación descripta revela en su exacta dimensión la pobreza de los resultados obtenidos.”
- “Surge con total nitidez la hipótesis de que se construyeron causas mellizas y paralelas a la investigación principal, constituyendo un inaceptable manejo.”
- “No se han podido despejar las dudas sobre la posibilidad de que elementos de los organismos de seguridad e inteligencia tuvieran conocimiento del atentado, así como participación en la protección de sus perpetradores.”
- “Es posible colegir que desde los mismos organismos de seguridad e inteligencia se hayan favorecido hipótesis falsas.”
- “Resulta extrañamente llamativa la falta de seguimiento de una importante línea investigativa. Un sospechoso, Alberto Kanoore Edul, objetivamente mantenía relación con fundamentalistas, con el vendedor de la camioneta bomba y otros elementos sospechosos, sin que pudiera justificarlo. La investigación de la SIDE y la Policía Federal, bajo directivas del juzgado, resulta inesperadamente pobre e insólitamente ineficaz.”
- “Resulta muy preocupante que tras siete años de investigación no se haya podido avanzar sobre los organizadores del atentado, no habiéndose podido trasponer la barrera de los proveedores del vehículo bomba.”
En otras partes del texto, Cristina Kirchner habla de la falta de voluntad política de los gobiernos de Menem y De la Rúa en la investigación de los atentados, señala la escasa colaboración de Uruguay y Brasil y hasta le reclama a la Corte Suprema que redoble el impulso y los esfuerzos en la investigación tendiente a establecer la conexión local del atentado a la Embajada de Israel y, por ejemplo, a la ausencia de policías en la puerta de la delegación diplomática en el momento del ataque.
Semejante visión respecto de la investigación de los atentados se tradujo, desde los primeros días del gobierno Kirchner, en decisiones concretas que tuvieron fuerte repercusión en el juicio oral por el ataque contra la AMIA. Kirchner ordenó que todos los agentes de la SIDE declaren en el juicio para que se conozca la verdad de la pesquisa. La DAIA se opuso a esa medida argumentando que se trataba de secretos de Estado. Lo cierto es que los agentes declararon y dejaron al desnudo, por ejemplo, el pago ilegal ordenado por Galeano al principal imputado, Carlos Telleldín.
Como se advierte en el Informe, tampoco Cristina Kirchner le reconocía al comisario Palacios de la Policía Federal una labor descollante en la investigación del atentado. En verdad, la Unidad Antiterrorista fue creada muy tardíamente, tres años después del atentado, después del escándalo desatado por los familiares de las víctimas en 1997 y tras una ruidosa silbatina contra los ministros de Carlos Menem. Los hombres de la DAIA siempre respaldaron a Palacios y le adjudicaban méritos en la pesquisa argumentando que consiguió avanzar pese a haber tomado la investigación tres años después del atentado. Recientemente, Palacios fue desplazado por el Presidente a raíz de la difusión de un diálogo telefónico en el que aparece conversando con un reducidor de autos que ahora está preso por el caso Blumberg. La DAIA manifestó su disconformidad por el pase a retiro de Palacios y hasta lo señaló entrelíneas en el comunicado difundido en Washington.
Las visiones contrapuestas en el caso AMIA son el transfondo del conflicto. En esencia, los dirigentes más allegados a Beraja, entre ellos el vicepresidente de la DAIA –ahora a cargo de la presidencia–, Jorge Kirszembaum, defienden su gestión de la última década que consistió en respaldar la pesquisa del juez Galeano, la SIDE menemista y la Policía Federal. Cristina y Néstor Kirchner estuvieron siempre en la otra vereda y por ello la DAIA no toleró que se hablara siquiera de otorgar un reconocimiento o distinción. Lo más controvertido, incluso para la otra institución representativa de la comunidad judía, la AMIA, es que se manifestaran contra Kirchner en Washington a sólo 24 horas de la realización de la convención del American Jewish Commitee (AJC), en lugar de hacerlo en Buenos Aires con la suficiente antelación. Sobre todo teniendo en cuenta que el acto de Washington y el reconocimiento a la actuación de Kirchner se gestaron hace seis meses cuando en la Casa Rosada se entregó la invitación oficial.
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