Son tantas las familias argentinas a las que ayuda, que el pastor Rubén López tuvo que conseguir un camión para llevarles comida. “Ahora son casi trescientas”, precisó, en diálogo desde su templo de Asambleas Misioneras Elim, en la ciudad de Kendal, 55 kilómetros al oeste de Miami Beach, adonde semanalmente entrega las cajas con alimentos.
La cita es el sábado entre las 16 y las 19 en un estacionamiento público de la avenida Collins y la calle 83, a metros de la playa, en la zona bautizada como “Pequeña Argentina”. A los que tienen hijos pequeños les consigue pañales y comida para bebé.
López es de la localidad bonaerense de San Isidro y vive en la Florida desde 1973. Fue precisamente una pareja de su barrio de la infancia la que le dio el impulso para ayudar a los demás. “Me vinieron a ver hace un año y medio y traté de darles una mano para ubicarse y conseguir trabajo, pero a los tres meses decidieron volverse. Vivían en un departamento en la Pequeña Argentina y un martes de setiembre sentí el impulso de ir a ese lugar. Golpeé la puerta y me abrió una chica mendocina con dos hijos. Le dije que quería ayudarlos pero que necesitaba que juntara a otras familias. Dos días después había reunido tres familias más. Entonces, conté mi iniciativa en el templo a otros argentinos ya asentados. Enseguida en la congregación juntamos dinero, compramos comida y se la llevamos el domingo siguiente. Al cuarto domingo, eran 26 familias las que recibían una caja con alimentos. De otra congregación del norte de Nueva York me enviaron un camión, pañales y más comida”, recordó el pastor.
Cada semana se fueron sumando más y más argentinos necesitados. López consiguió, incluso, que algunas dependencias del gobierno federal de Estados Unidos también le provean de alimentos para entregar. Ahora, en lugar de los domingos, lleva el camión los sábados. “La policía sabe que estoy ahí, pero no me molesta ni tampoco a la gente que recibe la caja”, aclaró.