Por A.M.

€Y la Justicia federal redobló la apuesta. Mientras el Presidente criticaba desde el sur al fiscal Carlos Stornelli, a quien acusó de “judicializar la lucha política” y descalificó por “ser un hombre muy cercano a (Mauricio) Macri, en Buenos Aires el juez Juan José Galeano enviaba un oficio a la Casa Rosada para que Néstor Kirchner se presente como testigo en la causa abierta con la denuncia del fiscal, quien pidió que se investigue una presunta campaña de desestabilización contra el Gobierno. El secretario general de la Presidencia salió por la noche a criticar al magistrado, atacándolo también por su “lamentable” labor en la causa AMIA.
Stornelli también había pedido que sean convocados como testigos el jefe de Gabinete, Alberto Fernández; el ministro del Interior, Aníbal Fernández, y el secretario de Inteligencia del Estado (SIDE), Héctor Icazuriaga, pero el juez no se lo concedió. La titular del ARI, Elisa Carrió, el dirigente piquetero Luis D’Elía y el titular de Recrear, Ricardo López Murphy, son algunos de los que integran una extensa lista que el fiscal también quiere que sean escuchados como testigos. Además, sugirió una serie de diligencias vinculadas al personal policial desplazado en las últimas semanas. Esto es porque basó su denuncia inicial en los dichos de Kirchner, que vinculó a esos uniformados con la difusión de información sobre una presunta ola delictiva en ascenso.
El fiscal había reclamado que se investigue el “supuesto complot en la ola delictiva que quiere desestabilizar” al Presidente y basó su presentación en notas periodísticas. Uno de los investigadores del caso aseguró que “el Presidente, desde su cargo ejecutivo, puede realizar las manifestaciones políticas que considere adecuadas. Pero si esas manifestaciones tienen un contenido jurídico, si se habla de la posibilidad de un delito, entonces hay que investigar”, según informó la agencia DyN. La fuente agregó que “Kirchner debe responder en qué se basan sus sospechas”.