La denuncia del Gobierno sobre la existencia de grupos económicos y políticos, que actúan para privilegiar sus intereses, no podía menos que instalarse en el centro de la agenda de discusión. Junto a las voces del oficialismo, también se pudo escuchar a otros dirigentes. El punto divide aguas y la importancia lo explican. “Siempre hay sectores que quieren que los gobiernos fracasen”, comentó el ex vicepresidente Carlos “Chacho” Alvarez.
Claro está que Alvarez tuvo ciertos límites para profundizar el tema y los enunció con claridad. “No tengo información, me es muy difícil hablar de un plan de desestabilización.” Al igual que los funcionarios del Gobierno, el ex vice se negó a hablar de “complot” o de “conspiración”.
El que sí entregó nombres y hasta esbozó un análisis político fue el subsecretario general de la Presidencia, Carlos Kunkel. No le llamó la atención de que “Mauricio Macri fuera una de las personas” interesadas en desestabilizar al presidente Néstor Kirchner. Al hablar del presidente del club de la ribera, dijo que junto a su familia “fueron socios de los grupos militares de la última dictadura”.
Luego de recordar el origen de los Macri, Kunkel se detuvo en el camino que los condujo a ser hombres de fortuna. “Evadieron impuestos millonarios, que algún presidente justificaba después porque decía que eran fuertes inversores.” Al hablar de esas inversiones, Kunkel recordó “los vergonzosos contratos con la Municipalidad de Morón. Contratos que le costaron la destitución al entonces intendente Juan Carlos Rousselot y que fueron firmados por Mauricio Macri y no por su papá Franco”.
Por su parte, el vicepresidente Daniel Scioli dijo que “no hay espacio para un complot porque el pueblo argentino está demostrando su confianza y su esperanza de que la pelea que hay que dar es contra la pobreza y el desempleo”. Scioli llamó a “no distraerse si se judicializa” la situación y recordó que “el Presidente ya aclaró que él no habló de conspiración ni de complot”.