El fiscal Eamon Mullen, que intervino en la causa sobre el atentado a la AMIA durante más de nueve años, presentó ayer la renuncia a su cargo. La decisión, según el texto que entregó al procurador general de la Nación, Esteban Righi, “obedece a un estricto pedido de mi familia, que acompaña con fuerte convicción el anhelo a cambiar nuestra forma de vida”. De todos modos, Mullen, de 45 años, reconoció que el detonante fue la decisión del Tribunal Oral 3 de separarlo de su actuación en el juicio oral por el atentado a la mutual judía. “No me dejaron terminar hasta el último día en la causa más importante que me tocó en mi vida, y me lo impidieron arbitrariamente”, dijo a Página/12. “Además, creo que ya cumplí un ciclo en el Poder Judicial, donde llevo 25 años, y me siento con fuerzas para comenzar algo nuevo”, señaló Mullen, que planea trabajar en la actividad privada, por ahora sin socios. En la presentación al procurador mencionó un “reconocimiento” a los colaboradores, “quienes me acompañaron lealmente e incondicionalmente”. Su renuncia se hará efectiva el 15 de julio, ya que está de turno y quería evitar “sobrecargar a algún colega mío”, según argumentó. Todo indica que lo más probable es que en la causa AMIA, en la parte de investigación pendiente que está a cargo del juez Rodolfo Canicoba Corral, tome la posta el fiscal Guillermo Marijuán, un asunto que debe terminar de decidir la fiscalía de Cámara.