Jue 08.07.2004

EL PAíS • SUBNOTA  › KIRCHNER Y DUHALDE SOLO SE SALUDARON EN LA CUMBRE

Una cordialidad casi helada

Por F. Y.
Desde Puerto Iguazú, Misiones

La relación entre el presidente Néstor Kirchner y Eduardo Duhalde no está mejor. Tampoco empeoró. Simplemente existe una especie de pacto no escrito de no sacar los trapitos al sol mientras dure la Cumbre del Mercosur. Esto implica, entre otras cosas, hacer declaraciones exclusivamente protocolares. Poco después de arribar a la ciudad misionera, Kirchner dijo que la reunión con el ex presidente se va a producir, pero exclusivamente “para trabajar en la consolidación y la inserción del Mercosur por el bien de la Argentina”. A su turno, Duhalde se limitó a congratularse por la felicitación que le deparó el Presidente por su tarea al frente del Mercosur. Por la noche, en la cena, Presidente y ex se saludaron fríamente, con cordial distancia. Eso fue todo.
Todo indica que la tregua corre por cuenta exclusivamente del kirchnerismo, ya que sus principales referentes se cuidaron de dar cualquier tipo de señal o gesto en contrario. Es más, cuando el martes los funcionarios de Cancillería consultaron con los ministros más cercanos a Kirchner sobre la participación o no de Duhalde en la cena que se realizó anoche, los hombres del Presidente consideraron que era conveniente que el bonaerense estuviera presente y le cursaron la invitación. “No es así, por el puesto que ostenta debe participar de la cena. No necesita invitación de nadie”, respondieron firmes los duhaldistas sin importarles que la agenda oficial del encuentro no lo considere como comensal. La cena, que se desarrollaba al cierre de esta edición y lejos de las miradas del más de centenar de cronistas acreditados, era en rigor el primer encuentro entre ambos. Así y todo, Kirchner y Duhalde estuvieron separados por Lula y su esposa en la mesa central. El Presidente y su antecesor se saludaron cortésmente. Incluso, cuando Kirchner terminó su discurso, Duhalde lo saludó con toda compostura. Fue recíproco, y frío.
Antes de la cena, el kirchnerismo presente en la cumbre no dudó en reconocer que existen las diferencias, pero buscaron no hacer de ello una cuestión terminal. Por caso, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, aseguró que, si bien las “diferencias” existen, las calificó como de “concepto, de visión”, pero advirtió: “No están poniendo en jaque la gobernabilidad de nada”. Misterioso, dijo además que hay “algunos pícaros que intentan hacerle creer eso a la gente” al tiempo que se negó a identificarlos. Fernández destacó que como jefe de Gabinete mantiene charlas con Kirchner e incluso con Duhalde: “Sé de la madurez de los dos y sé que no están poniendo en jaque la gobernabilidad de nada”.
Entre los duhaldistas no hay tonos tan mesurados. No lo expresan públicamente, pero sus caras son más que elocuentes. Se limitan a decir que Duhalde está absolutamente concentrado en su tarea como titular de la Comisión Permanente del Mercosur. “En Iguazú mantendrá reuniones donde sólo se hable de lo atinente a su rol y nada más”, señaló uno de sus colaboradores.
Con respecto a la relación con Kirchner, los duhaldistas son categóricos. “El Presidente tiene un carácter muy difícil y debe ser él quien se acerque nuevamente a Duhalde”, dijo uno de sus voceros.
El propio Duhalde se encargó de dar cuenta de su estado de ánimo. Durante la conferencia de prensa que compartió en la mañana de ayer con el canciller Rafael Bielsa, Duhalde no se mostró de buen talante. Los hombres que lo acompañan solicitaron a los periodistas que no realicen preguntas con respecto a la conflictiva relación que mantiene con el patagónico. Así, el ex presidente se explayó tranquilo sobre la Cumbre que se está realizando. Durante su desarrollo, mostró en todo momento un exagerado cuidado de lo institucional y protocolar. De hecho, cuando le preguntaron sobre la felicitación que le había realizado Kirchner por su tarea al frente del Mercosur, Duhalde se limitó a decir –sin nombrarlo– que le parecía muy bien “la felicitación del Presidente de Argentina”. Es más, cuando se retiraba y ante la insistencia de los cronistas, el ex presidente dejó de lado el protocolo y con cara de pocos amigos respondió seco: “Ya dije que de eso no hablo”.
Kirchner, a diferencia de su viejo aliado, mostró un perfil más distendido. Durante la escala en Paraná, donde llegó para anunciar la licitación de varias obras públicas, el Presidente optó por responder a las críticas de la líder del ARI, Elisa Carrió, como una forma de ignorar lo que está pasando con Duhalde. “Hay algunos dirigentes que dicen que un Presidente que se limita a las obras públicas más que un Presidente es un gobernador de provincia. Seguramente esos que lo dicen deben vivir en Barrio Norte y no se dan cuenta de lo que sucede en el país, porque no caminan las calles de nuestra patria”, lanzó Kirchner en referencia a la chaqueña. A su lado aplaudían a rabiar el gobernador Jorge Busti y el intendente de Paraná, Julio Solanas.

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