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Casos Trevisiol y Castelvi
Merlo es un distrito turbulento. Durante 2002, las asambleas, los choferes de la línea General San Martín y los partidos de izquierda sufrieron agresiones. En sus denuncias se quejaron por el clima de vigilancia y amenazas veladas (y no tanto) en el que están viviendo. El 24 de abril de 2002, Omar Trevisiol, un ex funcionario municipal y militante justicialista, fue baleado en su casa. Tres encapuchados entraron a las 10.15 y le dispararon cuatro tiros. Según relató a Página/12, sus agresores lo creyeron muerto. En agosto de 2004 el intendente de Merlo Raúl Othacehé querelló a Trevisiol por haberlo “agraviado” desde su programa de Radio Ciudad. En 1998 Trevisiol le había enviado una carta abierta como presidente del justicialismo de Merlo, advirtiéndole sobre irregularidades. Empezó a recibir amenazas telefónicas, hizo la denuncia y siguió impulsando sus acusaciones.
Otro caso es el de Emilio Castelvi, un periodista que conducía un programa por Radio Ciudad. En 1995 se le acercó un hombre con copias de unos cheques que daban cuenta de pagos del poder político a intendentes y a la policía. Castelvi difundió el tema en su programa ¡Qué lo parió!. Enseguida empezaron los ataques contra la radio y contra el periodista. Lo golpearon en la calle y lo amenazaron de que le iban a “hacer antorcha” (prender fuego) a la familia. En agosto, su hermano Alejandro murió quemado. “Mi sobrino escuchó cuando mi hermano decía antes de morir ‘negro, vos me conocés, yo no jodo a nadie’, fue al cuarto de atrás pero ya era tarde”, relata Castelvi en una publicación en Internet. Volvió a ser atacado en su casa e incluso fue secuestrado y torturado. En 1997 se fue a Estados Unidos y ahora vive en Canadá, donde dirige el “Centro de asistencia al periodista y trabajador de medios de comunicación”.
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