“Los hechos de violencia fueron obra de un grupo provocador, un acto de intolerancia fascista”, dijo a Página/12 el jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra. El titular del Ejecutivo porteño aseguró que “desde el primer momento respaldamos la presencia policial masiva y disuasiva, mediante una intervención racional que excluya el uso de armas de fuego”.
Ibarra condenó el ataque a la Legislatura y sostuvo que “un grupo de violentos no puede impedir que se debata una ley en la Legislatura”. No obstante, ratificó su oposición a algunos de los puntos más polémicos del Código, como la baja de edad de imputabilidad.
“Tenemos que acostumbrarnos a que las diferencias se resuelvan sin violencia y respetando la ley”, dijo Ibarra.
El jefe de Gobierno solicitó, a través de su secretario de Justicia y Seguridad, Juan Carlos López, refuerzos policiales para controlar la situación, ante el Ministerio de Justicia. López informó a este diario que en total se desplegaron 156 efectivos del Cuerpo de Infantería: 36 dentro de la Legislatura y 120 afuera, la mayoría de los cuales no llegó a intervenir. Los números no incluyen al nutrido grupo de personal policial de civil.