EL PAíS
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Las evaluaciones de tres especialistas
JORGE LAPEÑA *.
“Más dudas que certezas”
“El proyecto de Enarsa es muy pobre y escueto. No se conoce el plan de negocios y el capital inicial es sumamente exiguo y prácticamente desconocido. Es un proyecto con más dudas que certezas, porque de la lectura de su articulado se ve que falta ordenar el marco regulatorio del sector petrolero. El Estado durante los últimos diez años se vació de contenido, entonces prácticamente el marco regulatorio es inexistente. Por esta razón yo creo que a esta empresa le va a ser difícil operar. Creo que primero debió haberse realizado la reforma de la ley de hidrocarburos y atacar el debate de fondo, antes de crear este instrumento. El Gobierno prefirió empezar por una empresa, por el segundo punto. Esto forma parte de lo que se ha debatido en el Congreso. Hoy por hoy lo que existen son diez artículos que crean una empresa que no conocemos hacia dónde va y de qué se va a ocupar. Si el Gobierno llena esta cáscara vacía se verá dentro de los próximos sesenta días. Si sigue predominando un discurso ambiguo y el Gobierno sigue sin explicitar cuál va ser el campo de acción de esta empresa (si va a operar en el tema del gas o del petróleo, o sobre todos) me imagino que el impacto sobre la realidad energética argentina va a ser de muy bajo efecto.”
* Secretario de Energía con J. Sourrouille, 1985/89.
EMILIO APUD *.
“Lo tuvimos y no funcionó”
“Cuando uno genera un instrumento de esta naturaleza hay que ver si sirve para el servicio básico mayoritario que se presta, que es el de gas y electricidad. A la gente le interesa tener un servicio confiable a precio razonable como el que se tuvo hasta este año. Enarsa parece en este contexto un poco traída de los pelos, porque no respeta las normas que regulan el sistema. La ley 24.065 impide una integración vertical de la actividad y esta empresa aparece con atributos que le permite desde vender garrafas hasta construir centrales hidroeléctricas. Hay muchos puntos poco definidos en la conformación de esta empresa. ¿Cuál es el fin de todo esto habiendo un sistema que resultó ser eficiente, salvo en el tema regulación? Coincido en que una de las fallas del sistema fue el marco regulatorio, porque no cumplieron su rol ni la Secretaría de Energía ni los entes reguladores. Creo que la razón por la cual el Gobierno quiere crear una empresa que maneje en el mediano plazo todo el sector energético es más bien conceptual: considera que una gran participación del Estado es más beneficiosa que una participación privada con una buena regulación. Este es un paso intermedio para pasar cada vez más actividades del sector privado al sector público. Y sin ideologizar el tema, hay que decir que el sistema de intervención estatal ya lo tuvimos y no funcionó. No veo muy lógico comenzar con una experiencia que demostró que falla.”
* Secretario de Energía con L. Murphy, 2001.
GUSTAVO CALLEJA *.
“Se necesita otra política”
“Apoyo la creación de Enarsa, pero concebida como una empresa totalmente estatal, como herramienta de la política energética que el gobierno nacional no tiene. No comparto la idea de que sea una sociedad privada. Y en ese sentido es central que Enarsa reciba áreas no sólo áreas marítimas, sino aquellas que están en este momento en explotación y que están en infracción, que son cerca del 90 por ciento. De esa forma, Enarsa manejaría el 90 por ciento de la producción de gas y de petróleo. Esto permitiría que estos productos se rijan por el mercado interno y no por el precio internacional, regularía las reservas en relación con la producción, permitiría invertir en exploración –algo que desde que cerró la YPF estatal no se hace–, permitiría una baja de las tarifas de luz y de gas, y llevar gas hacia el 40 por ciento de la población que no lo tiene. No es el modelo de Enarsa votado el que yo considero necesario. Lo alcanzado es sólo un paso muy pequeño, que no va a permitir manejar ni el mercado ni los precios. No coincido con los grupos cercanos a (Ricardo) López Murphy o a (Rodolfo) Terragno, que se oponen a la creación de Enarsa, pero considero que debe crearse una empresa seria, como herramienta de una política que entienda a los hidrocarburos como bienes estratégicos de la Nación.”
* Subsecretario de Combustibles con B. Grinspun, 1983/84.
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