EL PAíS
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Menos policías asesinados
Por R. K.
Una de las mayores evidencias de que la cantidad de homicidios ha bajado notoriamente es que también el número de policías asesinados decreció en forma asombrosa. En el 2003 murieron 38 policías bonaerenses y en lo que va del 2004, los asesinados de uniforme fueron 12.
Uno de los argumentos de los partidarios de la mano dura es que mueren menos policías porque hoy en día los uniformados están en una especie de huelga de brazos caídos. Cualquier especialista sabe que esa óptica no encaja en la realidad, porque la mayoría de los policías resultan asesinados, no en el marco de un tiroteo, sino cuando están de franco y tratan de robarles el auto. Por ello, la reducción en las muertes tiene que ver justamente con el descenso en el delito y especialmente en la cantidad de coches robados. Los últimos policías muertos fueron un comisario médico, que transitaba en un Mercedes-Benz Pagoda –regalo de su esposa– por la zona de Temperley, le quisieron robar o secuestrarlo, se tiroteó con los asaltantes, mató a uno, y los cómplices lo asesinaron; mientras que en Quilmes también murió un comisario retirado, dueño de una estación de servicio, cuando intentaron robarle la recaudación.
Los datos del 2004 muestran además que de los doce policías muertos en el año, siete fueron asesinados en los tres primeros meses, especialmente en enero, cuando murieron cuatro. Lo concreto es que en los últimos siete meses hubo cinco policías asesinados, en un promedio menor a un policía por mes. El año pasado, las cifras se arrimaban mucho a uno por semana.
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