Néstor Kirchner defendió ayer en el Chaco, en un acto con su clásica prédica anti FMI, el tan publicitado acuerdo con China. “Hemos hecho un acuerdo muy bueno para la Argentina. En cinco años tenemos que estar exportando 4000 millones más. Hemos garantizado total y absolutamente que todas las industrias que necesiten protección, la tengan”, aseguró Kirchner durante una visita a la ciudad de Roque Sáenz Peña. El viaje tuvo un condimento insólito, acorde con los extraños sucesos que rodean al Presidente en las últimas semanas. Un ignoto movimiento supuestamente revolucionario, autodenominado “Movimiento del Impenetrable”, envió una carta al intendente local, Carim Peche, para advertirle que lanzarían proyectiles contra el avión de Kirchner.
El episodio trascendió recién cuando el avión alquilado a Aerolíneas Argentinas inició el regreso a Buenos Aires. La amenaza quedó en manos del fiscal federal que interviene en el caso. También fue informado el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, quien según Peche recibió una carpeta con “antecedentes”. Por esta razón, mientras Kirchner estuvo en territorio chaqueño, la Policía Federal y la Gendarmería realizaron un operativo especial de seguridad. Sin embargo, la protesta más grande contra el Presidente –liderada por un movimiento piquetero aliado a Raúl Castells– tuvo lugar en el acceso sur de la capital chaqueña, a 160 kilómetros de donde estaba Kirchner.
En la segunda ciudad del Chaco, el Presidente estuvo acompañado por los ministros Aníbal Fernández (Interior), Ginés González García (Salud), Alicia Kirchner (Desarrollo Social) y Julio De Vido (Planificación). Fue recibido por el gobernador radical Roy Nikisch, quien debió soportar algunos abucheos de una audiencia mayoritariamente peronista (al contrario del resto de la provincia, Roque Sáenz Peña es un reducto del PJ). Como sucede en estos casos, Kirchner aterrizó con un combo distribucionista: anunció obras públicas y entregó subsidios para la ciudad por 400 millones de pesos, repartió ATN por 570 mil pesos para “organizaciones intermedias”, y asignó 20 millones al Plan Nacer para atender en forma gratuita a mujeres embarazadas y niños pobres.
La visita estaba pendiente desde la semana pasada, cuando una tormenta obligó a postergar el viaje. Ayer, Kirchner aprovechó la ocasión para volver a una costumbre de los primeros meses: cargó contra el FMI y los organismos multilaterales, a quienes pidió una “autocrítica”. “El Fondo no se puede hacer el desentendido cuando con sus políticas se llenó de pobres la Argentina. Son ellos los que tienen que cambiar”, cargó. En su discurso incluyó también una referencia implícita a Elisa Carrió y Ricardo López Murphy. “Algunos hablan de los pobres y no los conocen. Son quienes formaron parte de un gobierno que se escapó de la Casa Rosada por la puerta de atrás, en helicóptero”, dijo. También citó a Perón, en una frase famosa que hasta ayer no se había escuchado en los actos oficiales. “Todos los hombres son buenos, pero si se los controla son mejores. Controlen a todos los funcionarios y al Presidente también”, aconsejó.