Por R. K.

El lunes próximo, a las 19, se colocará en el edificio de la AMIA una placa de homenaje a los 1900 desaparecidos de la comunidad judía durante la última dictadura. Ya confirmaron su presencia al acto el presidente Néstor Kirchner y su esposa, la senadora Cristina Fernández. La comunidad judía demoró nada menos que 20 años el homenaje y siempre hubo una enorme polémica sobre el comportamiento de los dirigentes comunitarios en aquella época. Es más, hasta el momento, las autocríticas han sido más bien tibias. El lunes se colocará una placa en relieve, obra de la artista plástica Sara Brosky, frente al monumento en el que se recuerda a las víctimas del atentado contra la AMIA y junto a la placa en homenaje a quienes murieron en el ataque contra la Embajada de Israel en Buenos Aires.
Abraham Kaúl, titular de la AMIA, sostuvo que “entendemos que uno de los más importantes valores de la tradición judía es honrar la memoria y preservarla del olvido a través de los tiempos, más aún en el caso de las víctimas de actos que atentan contra la vida misma. Por ello, la AMIA cree necesario recordar, en el marco del pasado histórico reciente de nuestro país, en relación con los crímenes del terrorismo de estado vigente en los años de la dictadura militar, a quienes sufrieron en carne propia los vejámenes, la desaparición y la muerte, agravados por el odio antijudío”.
Como se sabe, la proporción de secuestrados judíos fue muy alta, nítidamente por encima del porcentaje que la comunidad representaba en ese momento sobre el total de la población. También está probado que muchos de los secuestrados judíos fueron sometidos a torturas aún peores por su condición e, incluso, existen testimonios sobre campos de concentración en los que se reproducían discursos de Adolf Hitler por altavoces.
Desde hace años, distintos referentes de la comunidad judía argentina vienen insistiendo con la necesidad de hacer un homenaje a los desaparecidos judíos y al mismo tiempo, realizar un balance autocrítico sobre lo actuado por los dirigentes comunitarios en la dictadura. Hay cuestionamientos muy duros porque algunos dirigentes fueron funcionarios en el Proceso, en tanto que otros sostienen que la DAIA, la AMIA y la Embajada de Israel no realizaron esfuerzos suficientes para salvar vidas.
Como contrapartida, también están los que afirman que “se hizo lo que se pudo” y que muchas personas en peligro fueron sacadas del país. A raíz de la polémica, en el Estado judío se formó una comisión parlamentaria para investigar el papel del gobierno israelí durante la dictadura militar, mientras que en la Argentina se integró una comisión de familiares de las víctimas. Más allá de esos debates, lo cierto es que a partir del lunes habrá en el edificio central de la comunidad judía un recordatorio de los desaparecidos junto al de las víctimas de los atentados.