EL PAíS
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Los gobernadores, firmes junto al FMI, apoyan, pero no se juegan
› Por Martín Piqué
“Hoy en el mundo hay una sola posición, la de Estados Unidos; y si no el destino es Albania.” La frase de Jorge Remes Lenicov sonó como una advertencia en la sala de situación de la quinta de Olivos. El presidente Eduardo Duhalde, los gobernadores del PJ y un par de funcionarios analizaban “un grupo de ideas básicas” en materia económica. Desde el martes, los mandatarios habían presionado para que el Gobierno “reafirmara su vocación de integrarse al mundo”. Ayer a la mañana la decisión estaba tomada. Faltaba que lo anunciara Duhalde, y lo hizo unas horas después: “No hay un plan alternativo”, informó tras firmar el acuerdo con las provincias. Pero los caciques del PJ no quedaron conformes. “Este acuerdo debe tener concreciones en 48 horas”, advirtió uno de ellos a Página/12, tras reconocer que sus pares “acompañan pero tienen muchas dudas”.
El documento de catorce puntos que firmaron la mayoría de las provincias (ver página 5) –con la excepción de San Luis, Santa Cruz y la Ciudad de Buenos Aires– fue el resultado de una larga negociación con los gobernadores en Olivos. Allí los esperaban Duhalde, Aníbal Fernández y el ministro del Interior, Rodolfo Gabrielli. Cuando llegaron los mandatarios, se retomó la discusión del borrador que había traído el salteño Juan Carlos Romero. La idea era “elaborar un conjunto de ideas básicas que permitan garantizar la estabilidad institucional”, verbigracia, los lineamientos generales del plan económico. Aunque se esforzaran en desmentirlo: “Esto no constituye un programa de gobierno”, repetían.
La cuestión estaba clara. “Un gobierno de transición no puede tomar decisiones irremediables que cambien el rumbo del país”, advertía ayer a Página/12 uno de los colaboradores de José Manuel de la Sota. Se refería a los rumores de “cambio de rumbo” que circularon desde el martes y que fueron alentados desde un sector del Gobierno. En ese sentido, la propuesta de Romero –un frecuente visitante de los Estados Unidos, donde tiene buenos contactos– era un claro intento por desactivar cualquier giro proteccionista. De la Sota y Reutemann se sumaron a esa movida, pero no fue necesaria demasiada presión: un gobernador confirmó a este diario que Duhalde nunca pensó en alejarse de la línea ortodoxa.
Uno de los que influyó para que el Presidente aceptara la propuesta de los gobernadores fue el propio Remes. Aunque ya tiene un pie afuera, Duhalde lo mandó llamar especialmente y lo consultó varias veces delante de los mandatarios. “Si no concretamos algunas medidas, el Fondo nos va a soltar la mano definitivamente”, advirtió Remes ante una pregunta de De la Sota, quien le había pedido que contara los pormenores de su reciente viaje a los Estados Unidos. El funcionario saliente, además, comentó que el ministro de Economía de Canadá le había dicho, en representación del G7, que Argentina debía cumplir de una vez con las exigencias del FMI.
El reemplazante de Remes Lenicov fue otro de los temas que ocupó buena parte de la reunión. El martes a la noche, Duhalde ya había preguntado por Roberto Lavagna, y ayer hizo lo mismo con Carlos Melconian, que había sido propuesto por el bonaerense Felipe Solá (ver páginas 2, 3 y 5). Se postuló a Jorge Matzkin para la Jefatura de Gabinete, pero hasta anoche no había ningún cargo confirmado. Allegados a De la Sota desmentían que Juan Schiaretti hubiera recibido una oferta, y Marín no parecía dispuesto a dejar una gobernación sin grandes deudas para asumir una cartera de un gobierno aquejado por la crisis y con futuro incierto.
Los gobernadores también desmentían que hubieran ejercido el poder de veto. “Ni Reutemann ni yo hemos vetado el nombre de nadie, nuestra misión era acercar ideas, y eso hicimos”, remarcó De la Sota anoche, al finalizar la reunión en Olivos. Tanto el cordobés como el santafesino tuvieron un alto protagonismo en la preparación de la propuesta económica que se analizó en la residencia presidencial. Proponían que se separara a la banca pública de la privada, y que los depositantes pudieran ejercer el “derecho de preferencia” –una reglamentación estadounidense que habilitaal acreedor a quedarse con acciones del banco si la institución no devuelve los depósitos–. Por eso, no quedaron satisfechos con el punto 6 del documento, relacionado con el sistema financiero. No obstante, los gobernadores no quieren presionar más, y esperan que Duhalde llegue a 2003 sano y salvo.
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