Justo ayer, día crítico en la interna de la provincia de Buenos Aires, el presidente Néstor Kirchner encabezó al mediodía un acto en Moreno junto al gobernador Felipe Solá para “cumplir con la palabra empeñada”, esto es, repartir pensiones asistenciales y llaves de nuevas viviendas. “Este es un país acuciado por los diagnosticadores, que desde lugares muy cómodos piensan en cómo les va a ir a los argentinos. Nosotros somos trabajo, hablamos poco pero trabajamos todos los días”, sostuvo.
Al Presidente lo acompañaron sobre el escenario del club Los Indios su hermana, la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, el ministro de Planificación, Julio De Vido, y del Interior, Aníbal Fernández. A diferencia de Solá, que en dos oportunidades se refirió al presupuesto que se trataría luego en la Legislatura, Kirchner no habló de la interna bonaerense y centró su discurso en la cuestión social. Será el único acto de Kirchner en varios días, porque hoy a la tarde volará a Santa Cruz para pasar el fin de año y se quedará allí hasta el miércoles próximo.