EL PAíS
• SUBNOTA › EL PRESIDENTE KIRCHNER SE QUEDARA EN SANTA CRUZ
“Acompañar el dolor en silencio”
Pese a los rumores que lo daban volviendo hoy a la tarde a Buenos Aires, el presidente Néstor Kirchner se quedará unos días más en su residencia de El Calafate, según informaron sus voceros. En igual sentido, el Presidente no variará su intención de mantenerse a una prudente distancia de la tragedia del boliche de Once. “El gobierno nacional está apoyando, tanto a nivel de infraestructura como a la investigación, a Aníbal Ibarra y así seguirá. ¿Para qué vamos a hacer declaraciones? Hay que acompañar el dolor de las víctimas en silencio”, explicaban anoche cerca del Presidente.
Una versión insistente que había circulado por Santa Cruz aseguraba que Kirchner retornaría hoy a la Capital Federal para interiorizarse personalmente de los detalles de la tragedia. Luego, se agregaba, podría seguir su descanso en la residencia de Chapadmalal. Pero, de acuerdo con la información que anoche manejaban en la vocería de Presidencia, los planes de Kirchner por ahora no se modificarán.
Al Presidente se lo vio por última vez el sábado a la tarde, cuando realizó una breve recorrida por el centro de Río Gallegos y saludó a algunos conocidos y turistas que se le acercaron. Kirchner caminó junto al vicegobernador Carlos Sancho. Luego de pasar el fin de año junto a su esposa, la senadora Cristina Fernández, sus hijos Máximo y Florencia, el sábado mismo, los Kirchner subieron al Tango 10 para viajar a El Calafate. Kirchner se mantiene informado de lo que sucede en Buenos Aires a través del ministro del Interior, Aníbal Fernández, quien desde el primer momento se convirtió en el nexo de la Rosada con el Gobierno de la Ciudad. También colabora el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde.
Hasta ahora, la estrategia del Gobierno fue circunscribir el desastre al ámbito porteño y apenas recalcar el lógico dolor que sentía el Presidente ante el cúmulo de víctimas que mereció que le llegaran mensajes de solidaridad del Papa, el rey de España, del presidente de Francia y de jefes de estado de América latina. En Gobierno creían que, de esa manera, las ventajas eran mayores que los eventuales costos que podrían suceder por la virtual desaparición de Kirchner en un momento tan crítico.
“Con estas cosas hay que ser muy cuidadoso”, analizaba un funcionario cercano al Presidente. “Una palabra de más y cualquier gesto se puede volver en contra. Por eso no hemos querido hablar. Es más, nos parece que quedaron muy mal los que quisieron salir a sacar provecho de esta situación tan horrible”, agregaba.
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