La expulsión a Chile del nazi Paul Schaefer Schneider, capturado la semana pasada en un barrio cerrado de Tortuguitas, le dio un valor agregado a la visita oficial que el presidente Néstor Kirchner realiza al país trasandino. El jefe de Estado chileno, Ricardo Lagos, agradeció públicamente el hecho como “una contribución esencial a la lucha contra la impunidad” y destacó el “profesionalismo” de las fuerzas de seguridad argentinas. La procuradora del Consejo de Defensa también pedirá la detención de quienes acompañaban en nuestro país al entonces prófugo Scheafer, acusado de pedofilia y violaciones a los derechos humanos en connivencia con el dictador Augusto Pinochet.
Lagos desparramó elogios y agradecimientos a Kirchner por el caso Scheafer. “Quiero expresar públicamente nuestro agradecimiento a la decisión del gobierno argentino, adoptada el sábado pasado: la expulsión de un prófugo buscado y reclamado desde hace años por nuestros tribunales”, dijo el presidente chileno en La Moneda, para luego calificar la actitud “como una contribución esencial a la lucha contra la impunidad, en la cual usted y mi gobierno están empeñados”.
El agradecimiento de Lagos también alcanzó al “profesionalismo” de las fuerzas de seguridad argentinas, que atraparon a Schaefer en el sótano de la casa que ocupaba en el barrio cerrado La Acacias de Tortuguitas, en la zona norte del Gran Buenos Aires. La procuradora del Consejo de Defensa del Estado de Chile, María Teresa Muñoz, ya solicitó al gobierno argentino la detención de todos los que acompañaban a Scheafer, como parte de una red que permitió encubrir y salir ilegalmente del país al represor.
Schaefer fue el creador en Chile, junto a otros 60 nazis escapados de Europa, de la Colonia Dignidad, en la que se sometía a la gente a condiciones de semiesclavitud y servidumbre. Allí también se cometieron numerosos abusos sexuales de niños, en los que habría participado el propio Scheafer, y hasta la desaparición de varios militantes políticos opositores al dictador Pinochet. Incluso, familiares de víctimas de la dictadura chilena piden que se lo juzgue por la desaparición de varios dirigentes opositores que después de ser atrapados por la Dina (policía pinochetista) fueron vistos por última vez en la Colonia.
Esto también le valió un reconocimiento de la hija de Salvador Allende, Isabel, al ministro del Interior, Aníbal Fernández, al que identificó como el que realizó la gestiones para la expulsión de Scheafer, cuando la comitiva argentina visitó el mausoleo del ex presidente socialista. Incluso, la prensa chilena debatió públicamente las diferencias entre las fuerzas de seguridad argentinas, a las que también elogiaron, y las de su país. Para los colegas chilenos, en nuestro país pudieron tomar libremente imágenes del nazi preso, mientras que después que llegó a Chile ningún medio pudo acceder a otra información e imágenes que no fueran las oficiales.