EL PAíS
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Si los pacientes no van al hospital...
Por P. L.
Si funciona y si perdura, el acuerdo que todas las facultades de Medicina del país firmaron el viernes con el Ministerio de Salud podrá ser un paso clave para resolver un déficit crónico de la salud pública en la Argentina: el hecho de que el sistema de salud, en vez de ir a buscar a las personas con problemas, se limite a esperar que ellas consulten. El convenio establece que todos los profesionales que trabajen en atención primaria –las “salitas” barriales, la primera línea del sistema– tendrán acceso a un posgrado especializado que se efectuará en sus mismos lugares de trabajo. Para ello, todo el país fue dividido en zonas, cada una a cargo de una facultad de Medicina, cuyos docentes capacitarán a los profesionales, no en las sedes universitarias, sino en los lugares mismos de trabajo. El propósito es que los médicos estén en condiciones de atender las enfermedades más frecuentes en cada lugar, de derivar las que correspondan, y sólo ésas, a los hospitales de referencia, pero, además, que los profesionales de cada centro de salud salgan al barrio para atender y prevenir los problemas de los vecinos aun antes de que éstos consulten espontáneamente.
El Posgrado en Salud Social y Comunitaria fue convenido, en la Casa de Tucumán, por los decanos que integran la Asociación de Facultades de Medicina de la República Argentina (Afacimera) y el Ministerio de Salud de la Nación. “Nunca hubo en la Argentina un programa como éste, de cooperación entre los organismos fundadores y los responsables de los servicios de atención”, destacó Abraham Sonis, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Maimónides. El propósito es reforzar la atención primaria, “es decir, la atención de las patologías más importantes en cada una de las áreas –explicó el decano–: fortalecer los centros de atención primaria evita el congestionamiento de los hospitales y favorece la realización de actividades preventivas como promover la buena alimentación y las inmunizaciones. Es el primer escalón en la atención”.
De hecho, el Programa Médicos Comunitarios viene desarrollándose desde fines del año pasado y ya cuenta con 3000 profesionales. Para este año se prevé llegar a 8000, incluyendo no sólo a médicos, sino también a psicólogos, trabajadores sociales, enfermeros/as y, en general, los que se desempeñen en centros de salud.
Sonis precisó que “todo el territorio del país fue distribuido de modo que a cada facultad de Medicina le corresponda una zona, incluyendo por supuesto los distintos partidos del conurbano bonaerense. La capacitación se efectuará en forma paralela con la atención y los capacitadores irán a las salas. Se trata sobre todo de establecer claramente el nexo entre estos centros de atención primaria y los hospitales. Un punto clave es lo que llamamos ‘la referencia’ de los enfermos: quien tiene una patología que necesita tratamiento más complejo es derivado al hospital, donde se lo atiende mientras es necesario y después vuelve al centro de atención primaria. Este es un esquema que se está impulsando mundialmente”.
–Un problema clásicamente señalado en la Argentina es que, a diferencias de experiencias como las de Cuba, Brasil o Chile, el sistema de salud no sale a buscar a la gente a la comunidad.
–Efectivamente. La experiencia de esos países, y otros como Costa Rica, demostró que el sistema que estamos instaurando puede funcionar bien –contestó Sonis–. Es casi un milagro poder implantar en todo el país un sistema como éste, ya que nuestro sistema federal requiere el acuerdo de todas las provincias y el apoyo de los intendentes, y todo esto se ha logrado.
El Programa Médicos Comunitarios prevé que los profesionales de cada centro de salud tengan a su cargo una “población nominada”, es decir, áreas geográficas concretas bajo su responsabilidad; los profesionales deberán rendir cuentas por la salud de esa población a su cargo. Para ello, dedicarán una parte de su jornada de trabajo a recorrer el área asignada.
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