–¿Cuáles son las formas de discriminación más frecuentes en la Justicia?
–Hay discriminación contra las mujeres. Los operadores judiciales no tienen integrada la perspectiva de género ni los tratados internacionales, sobre todo en los casos de violencia doméstica. También se discrimina a los niños. No se los escucha ni se los trata como sujetos de derecho. El Poder Legislativo nos debe una ley de protección integral que reemplace a las viejas leyes de sistemas patronales. También la discriminación afecta a los extranjeros. Para ellos se usan parámetros más rígidos de encarcelación y no se notifica al cónsul si son detenidos.
–El hecho de que en Argentina haya una decena de menores condenados a prisión perpetua, ¿es por discriminación?
–Creo que es una falla técnica. Los jueces que condenaron a perpetua están convencidos de que lo pueden hacer. Pero la Convención sobre los Derechos del Niño existe. No sólo hay que respetar su letra sino su espíritu, que indica que los adolescentes, cuando delinquen, merecen otra oportunidad, por ellos y por la sociedad, por eso se prevén penas diferenciadas.