EL PAíS
• SUBNOTA › EL ACTO DESDE EL PULLMAN PREFERENCIAL
DEL TEATRO ARGENTINO
Presencias que marcaron territorios
› Por Martín Piqué
El lanzamiento de Cristina Fernández de Kirchner en el Teatro Argentino de La Plata fue también una muestra de poderío. La cantidad de gobernadores que asistieron –trece peronistas, tres radicales, y el vicegobernador de una provincia compartida por la UCR y el PJ– le dieron al acto un perfil federal, insólito para lo que supuestamente era la presentación de un candidato de la provincia de Buenos Aires. Pero la presencia del propio Presidente en la primera fila del pullman preferencial, anticipada por Página/12 hace dos días, no dejaba lugar a dudas. Para el matrimonio Kirchner lo de ayer no fue sólo el comienzo de la campaña: “Lo que se está discutiendo en la provincia se trata de algo más. Se trata de la Nación”, aseguró la candidata en su arenga final, que fue acompañada por la canción “Cuenta conmigo”, de Luciano Pereyra y León Gieco.
- Presencias y ausencias. El enorme Teatro Argentino estaba ocupado por todo el Gabinete (con la excepción de dos hombres ligados a Eduardo Duhalde: el vice Daniel Scioli, quien viajó imprevistamente a Uruguay, y el ministro de Economía, Roberto Lavagna, de gira por China), los ministros provinciales, intendentes, legisladores nacionales y provinciales. Los lugares se repartían según un evidente criterio de jerarquía. A ambos lados del Presidente se encontraban los gobernadores: a su derecha lo flanqueaba el gobernador Felipe Solá –eufórico en su rol de anfitrión, quien llegó con Kirchner y después lo homenajeó con una cena en la gobernación– y más allá seguían Gildo Insfrán (Formosa), Jorge Busti (Entre Ríos), Carlos Rovira (Misiones), Eduardo Fellner (Jujuy) y Jorge Colazo (Tierra del Fuego).
- Equipo completo. A la iz- quierda de Kirchner estaban José Manuel de la Sota (Córdoba), Jorge Obeid (Entre Ríos), José Luis Gioja (San Juan), Mario Das Neves (Chubut) y José Alperovich (Tucumán). También en la primera fila del pullman pero más hacia los costados se ubicaron los miembros del Gabinete: a la izquierda estaban el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli; el titular de la SIDE, Héctor Icazuriaga; el ministro de Seguridad bonaerense, León Arslanian; su par de Justicia, Edgardo Di Rocco, y el ministro de Gobierno de Solá, Florencio Randazzo. Del otro lado y juntos, haciendo honor a la fama que ganaron en la radio, estaban el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y el ministro del Interior, Aníbal. La nota discordante la aportó el canciller Rafael Bielsa, quien llegó tarde y se ubicó a la derecha pero bastante atrás. Durante todo el discurso de Cristina Kirchner se mantuvo parado, erguido con esa forma extraña que tiene de sacar pecho.
- Lo primero es la familia. Una fila atrás de Kirchner, en el pullman preferencial del Teatro, se observaba a una mujer de pelo blanco, corto y enrulado, vestida con un tapado marrón claro. De lejos algunos la confundieron con Estela de Carlotto, de Abuelas de Plaza de Mayo. Pero la confusión no duró mucho: se trataba de Ofelia Wilheim de Fernández, la madre de la Primera Dama, una vecina de La Plata y “fanática peronista” como la definió la propia candidata desde el escenario. A la iz- quierda de la madre estaba su nieto Máximo, el hijo mayor del matrimonio Kirchner, con unos bigotes que parecían los de un chicano de Los Angeles. Del otro lado se hallaba la hermana de Cristina, Giselle Fernández. En ese sector del pullman se vio mucho fervor. La madre y la hermana de la senadora mostraron mucho entusiasmo. Sin pudores, la primera agitó sus brazos al son de la marchita peronista; la hermana revoleaba una bufanda negra.
- Aplausómetro. La presentación de los invitados especiales, al igual que de los candidatos de la lista que acompañarán a Cristina Kirchner, permitió descubrir el grado de aceptación y rechazo que producía cada figura. Cuando el locutor del acto –que se convirtió en centro de los comentarios por su retórica llena de adjetivos– anunció a los gobernadores, la multitud los aplaudió uno por uno. En los palcos de prensa se comentó con asombro los aplausos que recibió el riojano Angel Maza, de quien nadie podía olvidar su ¿pasado? menemista. Cuando llegó el turno de los candidatos que figuran en la lista del Frente para la Victoria, los más aplaudidos fueron Carlos Kunkel –a quien la multitud tal vez le reconocía su rol de pionero en la pelea con el duhaldismo–, José Pampuro y Alberto Balestrini.
- Aplausómetro 2. Pero los aplausos no sólo sirvieron para comprobar la adhesión hacia un candidato. También dejaron traslucir el convencimiento con que reaccionaron los invitados ante las afirmaciones más polémicas de Cristina Kirchner. Una de las partes más comentadas fue la cita que hizo a la película El Padrino de Francis Ford Coppola. En ese momento, bien cerca del Presidente, sólo dos gobernadores aplaudieron la mención, que apuntaba evidentemente a Duhalde. Fueron Das Neves y Solá.
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