El cierre de listas a legisladores porteños en el Frente para la Victoria dejó un sabor amargo para el ministro de Educación, Daniel Filmus. Fiel escudero del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, mandamás del renovado peronismo capitalino, esperaba que sus compañeros de ruta tuvieran mejor suerte. Hasta último momento creyó que Nicolás Trotta, el joven K, postulado como el emergente de un nuevo perfil “generacional y profesional”, encabezaría la lista. También confiaba en que su histórica asesora Mara Brawer ascendería de la Dirección de Atención y Asistencia a la Víctima del gobierno porteño a una banca en la Legislatura. Sin embargo, a último momento los dos fueron borrados de las preferencias. Trotta cayó en desgracia tras la decisión del ARI de postular al radical conservador Enrique Olivera, lo cual persuadió a los estrategas del Frente para la Victoria a jugarse por Elbio Vitali, el director de la Biblioteca Nacional, un hombre con pergaminos para la disputa.