Lun 25.07.2005

EL PAíS • SUBNOTA

La última marcha de Olga Arédez

Este jueves se esparcirán las cenizas de la Madre en “su plaza”, la de Ledesma, en Jujuy, escenario del “apagón” mortal en 1976.

› Por Adriana Meyer

Los últimos años de su vida, Olga Arédez marchó sola en la plaza de Libertador General San Martín, con un pañuelo blanco sobre el pelo encanecido y la foto de su marido desaparecido. El médico Luis Arédez fue intendente de ese pueblo que es más conocido como Ledesma, por el Ingenio azucarero, y se animó a cobrarles impuestos a los poderosos dueños de la empresa, los Blaquier. Este 17 de marzo, Olga fue vencida por la enfermedad que provoca el bagazo de la caña de azúcar. Sus cenizas serán esparcidas este jueves en esa plaza, al terminar la marcha por los 29 años de la Noche del Apagón, cuando cortaron la luz en Ledesma y secuestraron a centenares de personas. “Era una militante que hacía de abuela y de madre”, la definió Luis Arédez, uno de sus cuatro hijos. En diálogo con Página/12 desde Tucumán, donde vive, Luis también destacó el rol del Ingenio hoy y durante la dictadura.
“Estamos programando lo mismo que hicimos durante años con mi madre. El miércoles 27 habrá una misa en Libertador, donde los vecinos van a despedirse de ella. El jueves 28 tenemos un acto en una escuela, y después de almorzar empezamos la marcha desde Calilegua hasta la plaza de Libertador, donde esparciremos las cenizas de mamá, como ella quería. A la noche hay una peña para recaudar alimentos para comedores de las villas.”
–¿Esta marcha tiene un sentido especial por ser la primera sin Olga?
–Sí, obviamente. Pero también nos lleva a pensar a todos los que venimos participando en qué hacer de ahora en más, no sólo porque no está Olga en Ledesma. Con mis hermanos sabemos qué hacer, pero queremos saber qué piensan los vecinos, los amigos, los compañeros de ruta.
–¿Pueden anticipar qué planes tienen?
–Vamos a darles continuidad a las actividades que llevaba adelante Olga, tanto ante la Justicia como en la promoción y defensa de los derechos de las personas. Nos preocupa mucho la situación de los aborígenes del Chaco salteño, hemos recibido información de que fueron amenazados y reprimidos por la policía de la provincia de Salta.
–Se ocuparán de violaciones a los derechos humanos y sociales actuales.
–Sí. Creo que al continuar el modelo económico que se impuso con la dictadura llevó a quienes reclamaban aparición con vida, y otras demandas históricas, a asumir naturalmente derechos sociales que hoy en día están siendo vulnerados, aun en este gobierno democrático.
–¿El Ingenio Ledesma sigue condicionando la vida de los pobladores en Libertador General San Martín?
–Después de leer el libro de Olga Demitrópulos sobre Libertador, me queda claro que es una lucha histórica desde los primeros pobladores que llegaron a la zona y se organizaron hasta hoy, y que seguirá. Mis padres fueron eslabones en esa cadena. Creo que los sigue condicionando de muchas maneras, la cuestión es que los ledesmenses decidan hasta qué punto quieren ser condicionados. Hay problemas de trabajo, de vivienda y de educación que deben ser resueltos, y el gobierno debe tomar medidas. En este punto creo que hay una aceptación de ese condicionamiento como algo inevitable, insuperable. Un concejal hizo referencia al cerco que la compañía Ledesma tiene alrededor del pueblo, a la imposibilidad de acceder a nuevas tierras para hacer alguna economía de subsistencia para la gente que más necesita. Y al escucharlo yo pensaba, pues bien, no son problemas diferentes a los que enfrentó mi padre cuando estuvo al frente de la Intendencia. En ese sentido, mi padre allanó el camino al cobrarles impuestos a Ledesma, y al dejar un gran superávit en la Municipalidad. Interesante sería saber ahora, en un municipio que debería ser rico por estar al lado de Ledesma, qué pasa que hay tanta pobreza. Habría que saber si se están cobrando los impuestos, de qué manera, si eso tuvo su continuidad desde el ‘73 en adelante.
–¿Tiene algún dato o duda al respecto?
–No tengo datos, no quiero adelantarme. Son preguntas que me hago luego de visitar Ledesma. Yo nací allí, por eso me interesa.
–¿Cómo describiría el rol del Ingenio durante la dictadura?
–Creo que no sólo Ledesma sino otras empresas aprovecharon la dictadura para hacer ajustes económicos y negocios. Ya lo dice Mario Paz (ex gerente de Relaciones Públicas de Ledesma) en la película Sol de noche: “Yo mismo despedí a 10 mil personas”. Esto repercutió en la población, mucha gente se fue, otros se quedaron a subsistir con lo que encontraban. El tema es que hay leyes laborales y sociales que también los Blaquier deben cumplir.
–¿Era parte de los negocios colaborar con la desaparición de personas, como afirman los sobrevivientes de la Noche del Apagón?
–Está documentado en la misma película, cuando se hace referencia a los gendarmes que estaban instalados dentro del Ingenio. Había ahí una relación íntima entre las fuerzas de seguridad y la empresa Ledesma. De hecho, Mario Paz hace una alusión meritoria de estos represores. Y luego, el Ejército usó los móviles de Ledesma para hacer detenciones. Eso está suficientemente documentado.
–¿Así fue en la detención de su padre?
–Así es.
–¿Considera que algunos empresarios aún deben rendir cuentas?
–Mucha gente aún no lo ha hecho. Además de los autores materiales de las torturas, asesinatos y secuestros operados durante la dictadura, hay que ir más allá, hasta los instigadores y cómplices de esas situaciones. Hay que llegar hasta el final. Es algo que mi madre hizo y hay que continuarlo. No estamos solos, nos acompañan familiares, madres, abuelas, y otras organizaciones que son parte de esta marcha desde hace décadas.
–¿Cómo fueron los Juicios por la Verdad en Jujuy?
–No ha sido muy diferente que en otras provincias, no sólo por el tiempo transcurrido sino también porque muchos autores de estos delitos fallecieron, y se perdieron testimonios para esclarecer esos hechos.
–¿Nunca se llegó a la instancia de que alguien de la empresa Ledesma haya sido citado por la Justicia?
–No, no tengo conocimiento de que haya sido así.
–La causa iniciada contra el Ingenio por la contaminación de bagazo (desechos de caña de azúcar que Ledesma arroja en montañas al aire libre), ¿es otra continuidad de la lucha de Olga?
–Me parece que era una parte necesaria de la lucha porque los ledesmenses nos debemos una vida mejor, y no por tener trabajo debemos resignar otros derechos. Era algo que ella reclamó como algo natural, nos pidió que continuáramos con el caso, y estamos dispuestos a hacerlo.
–¿Cómo vivió el premio que le entregaron en la Casa Rosada?
–Pasamos tantas décadas de abandono, de negación de los poderes públicos, de traiciones, de expectativas frustradas, que recibir ese reconocimiento a ella le causó mucha alegría. El hecho de ingresar a la Casa Rosada de una forma distinta de cuando lo hacíamos durante la dictadura, haciendo reclamos al Ministerio de Interior para averiguar el paradero de nuestros desaparecidos, fue reconocida por la constancia.
–¿Otras Madres tuvieron miedo de acompañar a Olga en la plaza?
–Yo conozco a la Olga madre, una persona bastante fuerte y, a veces, dura. Por eso no me resulta extraño su tesón. La sostuvo muchos años el hecho de saber que en muchas otras ciudades del mundo se llevan adelante estos gestos por mantener viva la memoria. Me parece muy importante que se conozcan muchas historias parecidas a las de Olga. Ella fue acompañada en otras épocas por madres que se cansaron, se enfermaron de pena.
–El miedo dura hasta hoy. Algunos sobrevivientes reciben el pedido de sus nietos de que no hablen sobre aquella época porque los perjudica en su trabajo en el Ingenio.
–Así es. Nos ponen en la falsa disyuntiva de resignar derechos en función de mantener otros, como tener un empleo. Pero me hace perder la paciencia tanto ese poder de Ledesma como el que le otorgan los poderes públicos. Era y es obligación del poder provincial evitar la contaminación, no sólo en Ledesma. No se tienen en cuenta los derechos de la gente que estáhaciendo día a día la riqueza de una empresa como Ledesma. Es y seguirá siendo una empresa poderosa, el tema es que el Estado debe poner límites a las transgresiones de esa y otras compañías.
–¿Cuál es su recuerdo personal de Olga como madre?
–Ella decía: “No me veo como la abuelita que va a visitar a los nietos y se queda un tiempo largo...”. A medida que fueron creciendo, sus nietos entendieron la opción de la abuela. Por la cercanía, la visitábamos seguido, pero ella nunca dejó de viajar para ver a sus hijos y nietos. Siempre aprovechó para tomar contacto con sus compañeras, para mantenerse al tanto. Era una militante que hacía de abuela y de madre.

Nota madre

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