–¿Cómo va a ser la oficina para víctimas de la violencia doméstica que usted está organizando?
–El doctor Petracchi me puso a cargo de la ejecución del proyecto. Quienes organizan la oficina son jueces civiles, penales y correccionales que tienen experiencia en violencia doméstica. Va a funcionar las 24 horas, porque la violencia no ocurre mucho más de noche o los fines de semana que en horario laboral. El objetivo es hacer una canalización de las denuncias y el primer análisis de riesgo. La evaluación del riesgo abarca las lesiones y la seriedad de la denuncia. Por ley, debería tardar 48 horas, pero actualmente demora cinco meses. Por eso los jueces toman las decisiones a ciegas.
–¿Qué se les ofrecerá a las víctimas?
–Un médico constatará las lesiones en el momento, porque es muy habitual que a los denunciantes les digan “bueno, vaya a tal hospital” o “a tal comisaría” y después no los reciban. Se acompañará a la víctima según el caso y se hará un seguimiento. Se trata de dar acceso a Justicia. Porque la gente no sólo tiene derecho a ir a obtener una sentencia de un juez. Eso es poco. Hay que ofrecer otras vías, más inmediatas y más necesarias. Por ahora va a ser un plan piloto en Capital Federal. Y todavía está pendiente que se apruebe el presupuesto.