EL PAíS
• SUBNOTA › APOYO A REUTEMANN Y REPLIEGUE A LA PROVINCIA
La vida después de la Rosada
› Por Sergio Moreno
“Me gustaría entregarle la Presidencia y la gobernación a dos peronistas”, repite Eduardo Duhalde a quien quiera oírlo. El primer casillero tiene nombre: Carlos Reutemann; el segundo, referido a un territorio que sigue considerando suyo, aún no. Pero da cuenta a las claras de la estrategia de repliegue sobre la provincia de Buenos Aires que atesora, juntamente con la mayoría de su Gabinete (mayoritariamente de ese distrito), para cuando deje la Casa Rosada. Sus principales colaboradores mueven sus mesas de arena a efectos de continuar con vida después de la entrega del poder.
Puede parecer un temerario ejercicio futurológico, pero Página/12 se atrevió a preguntar a los centuriones de Duhalde acerca de lo que vendrá en caso de que el más benévolo escenario que imaginan se concrete; esto es, que la situación económico-social le permita una salida ordenada del poder. Tan temerarios como el reportero, tres hombres de estrecha confianza del Presidente se atrevieron a responder.
“No hay proyecto provincial si no sale bien el proyecto nacional”, afirmó uno de ellos. “Quien imagine algún futuro en la provincia si no nos vamos bien de la Presidencia está loco o es un idiota”, coincidió otro.
Si Duhalde consigue mantener encuadrada a su tropa provincial, apostará a una negociación con el Lole, quizás para colocar a su candidato a vicepresidente en la fórmula. No son muchos los nombres con que cuenta. Felipe Solá es uno de ellos pero, hasta ahora, el Presidente no sabe si el gobernador accedería. “Es complicado –explicó un informado conocedor de la interna bonaerense a Página/12–: si a Felipe le va más o menos bien, querrá quedarse en La Plata; si le va mal, va a ser un lastre para el Lole.”
La otra movida es la de la dama. Hilda Chiche Duhalde sorprendió declamando públicamente su deseo de ser gobernadora. Solá se quejó amargamente: esas declaraciones mellaban su poder en momentos de negociación con el Gobierno por un ajuste en ciernes no menor. En la Rosada sostienen que Chiche jamás se lanzaría de esa manera sin una previa conversación con su marido, el Presidente. Pero entienden, también, que el anuncio no fue oportuno. “Si Duhalde quiere jugar con la dama, debería hacerlo en última instancia, no al comienzo”, dijo una de las fuentes citadas. Traducción: si las encuestas la imponen, que sea la candidata.
La interna está abierta.
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