Las sofocantes rutas que unen una ciudad con otra del Chaco rebasan de soja transgénica: las plantas bordean el asfalto. Los ganaderos de Castelli estiman la pérdida de 2500 cabezas de ganado. Los productores de algodón –el desteñido “oro blanco” de la provincia– cosecharon fibras de menor calidad. Marcelo Mijarchuk, de la Cooperativa Güemes, precisó que, “por culpa de la sequía”, unas “2500 familias” de cosecheros quedaron sin trabajo y la facturación cayó de 20 millones anuales a 11 millones en 2005. “Si no nos mandan subsidios para el gasoil, dentro de un mes nos van a tener que mandar alimentos”, concluyó. Hace 15 días, el titular de la Sociedad Rural, Luciano Miguenz, visitó la región y se reunió con productores que reclaman al Gobierno nacional nuevos subsidios y la eliminación de retenciones al sector para contrarrestar los efectos de la sequía. Pero un importante miembro de la Asociación de Productores chaqueños, que prefirió reservar su identidad, reveló a Página/12 una interna en el sector: “Los sojeros son los menos dañados por la sequía (los cultivos transgénicos pueden crecer sin la lluvia que sí necesitan los algodoneros y ganaderos). Lo que pasa es que aprovechan la volada de la sequía y refrescan algunos reclamos.”