El Juzgado Federal Nº 3 entregó ayer los restos de Carlos Antonio Cafferatta, un militante montonero asesinado por el Ejército en julio de 1976, y mañana hará lo mismo con los de Miguel Angel Olmos, desaparecido el mismo año por las fuerzas que comandaba Luciano Benjamín Menéndez al frente del Tercer Cuerpo de Ejército. Ambos fueron identificados por el Equipo Argentino de Antropología Forense y el laboratorio Lidmo y estaban enterrados como NN en el Cementerio San Vicente de la capital cordobesa. Con estos hallazgos, son once los cuerpos que recuperaron su identidad.
Nacido en La Plata, técnico radiólogo, Cafferatta había decidido vivir en la ciudad de Córdoba en 1975. Tenía 34 años cuando viajó clandestinamente luego de que su vida corriera peligro en la capital bonaerense. Pero el 29 de julio de 1976, un grupo del Ejército lo emboscó en una casa de Barrio Parque Vélez Sársfield y lo asesinó junto a otras dos personas en un supuesto enfrentamiento con las fuerzas de seguridad.
Su primo, Enrique Cafferatta, contó a este diario que “Carlos había estado preso por haber insultado al presidente Levingston”. “Cuando el Ejército lo mató en Córdoba y pidió sus huellas dactilares a La Plata, se enteraron de quién era. A raíz de ese pedido de averiguación hecho desde Córdoba, y que encontramos en una comisaría de La Plata hace tres años, pensamos que podía haber muerto en esta ciudad, porque nunca más supimos nada de él”, relató. Junto con otro primo, Enrique Martiarena, viajó para llevarle los restos de Carlos a su madre María del Pilar Martiarena, de 95 años, quien no quería morir sin conocer el destino de su hijo. El análisis de ADN que permitió la identificación fue realizado por el laboratorio Lidmo y los antropólogos pudieron establecer la identidad del décimo cuerpo identificado en San Vicente, con un 99,99 por ciento de probabilidades de parentesco.
El juzgado de Cristina Garzón de Lascano entregará mañana los restos de Miguel Angel Olmos, un albañil cordobés de 19 años que fue muerto a balazos por el Ejército el 13 de julio de 1976, e inhumado en una fosa común del cementerio San Vicente. Según consta en la pericia, Olmos –el décimo primer cuerpo identificado en esta provincia– falleció como consecuencia de politraumatismo craneal y torácico causado por impactos de proyectil de arma de fuego y la probabilidad porcentual de que los restos analizados pertenezcan a un hijo biológico de Argelia Erminda Gómez de Olmos es de 99,99 por ciento. Ambos casos se suman ahora a la causa “Averiguación de Enterramientos Clandestinos” que los abogados Claudio Orosz y Martín Fresneda tramitan ante el juzgado de Garzón de Lascano.