EL PAíS
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“No veo motivos”
› Por Horacio Verbitsky
En la reunión de La Pampa tuvo cruces muy duros con varios gobernadores. El de La Pampa, Rubén Marín, le dijo en sorna: “¿Te vas a decidir a dar goma?”. El secretario de seguridad Juan José Alvarez le respondió: “¿Por qué en vez de pedirme fuerzas federales a mí no mandás a tu policía a darle goma a la gente que hace siete horas nos está puteando en la puerta?”. El de Salta, Juan Carlos Romero clamó que los cortes de calles y rutas y las ocupaciones de edificios públicos afectaban la seguridad del Estado. “Vos desalojaste a una maestra rebelde con la policía y te incendiaron la provincia. ¿Esa es la seguridad del Estado que querés?” La disputa no ha concluido. Lejos de ello, una fuerte presión se ejerce para forzar su alejamiento. Alvarez se enteró por los diarios de la propuesta de Jaunarena y Brinzoni de crear un superministerio de Defensa, Seguridad, Documentación, Migraciones y Aduanas, y tampoco recibió aviso previo de la firma de un convenio entre el Ejército y la Policía Federal, para que terminado su enganche militar los soldados muten del verde castrense al azul policial. Designado en su cargo por el efímero presidente Adolfo Rodríguez Saá, Alvarez va por su sexto mes pugnando para que la peor crisis económica y social de la historia no desemboque en la tragedia que podrían desatar unas pocas órdenes tan ligeras como los razonamientos de quienes lo cuestionan por su supuesta pasividad. El jueves, se reunió en Olivos con el Senador Duhalde y puso todas las cartas sobre la mesa.
–¿Qué le respondió?
–El presidente fue muy claro. El considera adecuada la división actual entre el ministerio de Defensa con sus funciones específicas y la secretaría de Seguridad interior con las suyas. Me dijo que mientras él sea presidente, esto se va a mantener de esta manera.
–Para Jaunarena esa es una distinción anacrónica.
–Existe una diferencia obvia entre lo que es materia de seguridad externa y lo que es materia de seguridad interior. Que en algún caso pueda haber dificultad para discernir de qué se trata, no habilita a unificar o a creer que es todo lo mismo. Sobre todo por el pasado que ha tenido la Argentina, es necesario mantener esta diferencia.
–También dijo que se trata un debate ideologizado y teñido de una carga emocional.
–Todo debate tiene un componente ideológico, doctrinario. Puede ser que en algunos tenga un componente de emotividad. No veo mal ninguna de las dos cosas: ni que tenga una carga ideológica ni que haya gente que tenga una visión cargada de una historia, un pasado, afectos, dramas. Pero en todo caso, según mi criterio sigue siendo válida la distinción entre lo que es materia de defensa y lo que es materia de seguridad interior.
–El ministro comparó a las Fuerzas Armadas con un cirujano al que se le anuncia que tendrá que operar pero no se le permite entrenarse.
–Pienso que el valor que pueden tener las Fuerzas Armadas en casos de grave conmoción interior, es lo que la propia ley contempla: que sean Fuerzas Armadas y no fuerzas policiales suplentes. Por eso estamos trabajando muy fuerte en darles a las fuerzas de seguridad el equipamiento adecuado, el entrenamiento adecuado y la formación adecuada, para que actúen como fuerzas de seguridad, que es su función. Las Fuerzas Armadas son fuerzas armadas, y está bien que lo sigan siendo.
–¿Y propuestas como la fusión de Armada y Prefectura?
–No es el pensamiento del presidente de la Nación, lo hemos hablado varias veces, la última el jueves, de modo que esto no es posible.
–Durante un almuerzo en la Fragata Sarmiento, el almirante Joaquín Stella le sugirió al jefe de gabinete Alfredo Atanasof que los jefes de Estado Mayor de las tres Fuerzas Armadas sean invitados a la próxima reunión del Consejo de Seguridad Interior.
–No conocía esa reunión y no sé si ese pedido existió. En todo caso, la ley de seguridad interior es muy clara respecto a la participación de las Fuerzas Armadas, sólo en caso de graves conflictos y con las fuerzas de seguridad interior superadas. Como tal situación no se da, no veo motivos para incorporar a las Fuerzas Armadas a estas reuniones.
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