“La Argentina está armando (con Atucha II) un nuevo Chernobyl que puede afectarnos mucho más”, disparó ayer el senador frenteamplista Jorge Saravia, que preside la Comisión Permanente del Mercosur, para contraatacar los cuestionamientos a la instalación de las papeleras. Saravia comparó la posible reactivación de la construcción de Atucha II con la mayor catástrofe nuclear de la historia soviética, donde murieron cerca de 20 mil personas y otras 300 mil sufrieron secuelas. El senador del Movimiento de Participación Popular (MPP) –agrupación que conduce el ministro de Agronomía uruguayo, José Mugica– aseguró que los componentes tecnológicos del reactor nuclear están abandonados desde hace 20 años y anticipó que llevará un pedido de informes sobre su construcción a la Comisión Permanente. Con el voltaje cada vez más alto en el conflicto entre la Argentina y Uruguay, de este lado del río optaron por el silencio.