Adrián Paenza, periodista y profesor de la UBA. “Cualquier acto de fuerza bruta lo voy a condenar. Al mismo tiempo, hay un debate que pasa por otro lugar y es ¿qué universidad queremos?” Consideró que “hay una discusión muy fuerte” entre dos modelos académicos: “Un modelo profesionalista, que es lo que propone Alterini, y una universidad generadora de conocimiento, que no se transforme en un enseñadero, con la docencia full time y la investigación como esencia. La universidad está en un momento muy crítico, en una bisagra muy particular de su historia.”

Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz. Sostuvo que las sucesivas suspensiones de la asamblea universitaria para elegir al rector evidencian su “real deterioro” y reclamó una “real democratización” para la casa de estudios. En el documento “La UBA en su encrucijada”, Pérez Esquivel relativizó sus propios dichos respecto de Atilio Alterini, para quien en un primer momento pidió que no se haga una caza de brujas y “que se respeten los espacios democráticos”. Modificó su opinión en base a una información sobre la actuación de Alterini como funcionario de la ciudad de Buenos Aires durante la dictadura, cuando dictaminó a favor de la cesantía de embarazadas y de detenidos-desaparecidos “acusados” de ausentarse de sus cargos, sumado a “otros elementos a los cuestionamientos sobre su candidatura”.

Hugo Yasky, secretario general de la Ctera. Consideró que “son hechos repudiables” los episodios ocurridos en la Universidad de Buenos Aires y destacó la necesidad de “no echar nafta sobre el fuego”. “Este tipo de cuestiones no las resuelve la policía”, señaló y recordó que “hay otras partes del mundo donde se suelen producir hechos como éstos” y planteó que se trata de “un debate que les compete a los docentes y a los estudiantes de la universidad”, tras lo cual sostuvo que “hay que lograr un mayor nivel de democratización”.

Andrés Delich, ex ministro de Educación. “Esto es un verdadero desastre, me parece que arruina todavía más la reputación de la universidad y sobre todo de las prácticas institucionales. La primera responsabilidad es la de esos chicos y, por supuesto, hay una responsabilidad institucional del rector.”

Federación Universitaria Argentina (FUA). “Repudiamos la violencia de la intolerancia, del autoritarismo y del “faccionalismo” que ponen en riesgo la democracia universitaria. No avalamos las prácticas extorsivas de ningún tipo: ni las que se jactan del uso de la fuerza física como metodología; ni las que se esconden en declamaciones altisonantes pero que boicotean el órgano de gobierno de la Universidad pública; ni tampoco las de quienes teniendo responsabilidades institucionales directas, se esconden en la prescindencia cobarde.”