EL PAíS • SUBNOTA › LA COMITIVA Y EL PARTIDO DE FUTBOL
› Por P. F.
Desde Madrid
Dividida por cuestiones protocolares –el Presidente y su esposa en La Moncloa, junto con José Luis Rodríguez Zapatero, todos los demás en el palacio El Pardo–, la delegación oficial argentina siguió por televisión el partido entre Argentina y Holanda en Francfort. Pero a los nervios obvios de un Mundial tuvieron que agregarle un condimento que encrespó los ánimos de la gran mayoría. Según los miembros de la delegación, el relator de la televisión española que narró los pormenores del partido mostraba un favoritismo claro por los holandeses. “Sufrimos más por tener que escuchar un partido de la Selección relatado por un español, con tendencia a hinchar por la selección de Holanda”, reveló el jefe del bloque del Frente para la Victoria en Diputados, el santafesino Agustín Rossi.
Como si estuvieran reunidos en familia, los miembros de la comitiva se sentaron frente a las pantallas en el Palacio El Pardo. Hubo gritos y aplausos, como cualquier hincha argentino en un trance similar. Delante de la TV estuvieron el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y los ministros Felisa Miceli (Economía), Julio De Vido (Planificación), Daniel Filmus (Educación), más los diputados Rossi, José María Díaz Bancalari y Alberto Balestrini, junto al senador Miguel Pichetto y los gobernadores Jorge Obeid (Santa Fe) y Gerardo Zamora (Santiago del Estero). Mientras los funcionarios miraban el partido, Kirchner y Cristina Fernández compartían la cena y los comentarios futboleros con el propio Zapatero. “Fue una cena informal, podría decirse de amigos. Llegaron justo cuando el partido empezaba”, exageró a Página/12 una fuente oficial.
Pero la pasión por el Mundial duró sólo las dos horas del partido. Poco después del final, varios de los funcionarios argentinos aprovecharon para hacer compras. A más de uno se lo vio luego regresar al Hotel Intercontinental con la inconfundible bolsa de triángulos negros y verdes de El Corte Inglés, la tradicional casa de compras madrileña. Según pudo saber este diario, ayer comenzaba “La barata de verano”, una campaña de liquidación que coincide con el inicio de la temporada estival. Varios de los acompañantes de Kirchner no quisieron perderse la oportunidad, aunque para ello, claro, había que pagar en euros. Mientras tanto, en La Moncloa, Zapatero, Kirchner y Cristina Fernández terminaban la cena de honor que les dedicó el anfitrión. Poco antes, el Presidente había repasado con su par español los acuerdos bilaterales que se firmarán con España.
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