El Mono José María Díaz Bancalari no fue el único que rompió el protocolo en el saludo a los reyes: el radical Enrique “Japonés” García, intendente de Vicente López, se quedó estacionado frente a los reyes hablándoles del distrito que gobierna hace casi dos décadas. Sólo un empellón de quienes venían detrás en la fila interrumpió su saludo.

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A la hora de estrechar la diestra, el presidente Néstor Kirchner trató de sobrellevarlo de la mejor manera, “cómo le va, señor ministro”, le dijo a un miembro del gabinete que había llegado con él, pero la sonrisa más grande se le dibujó en el rostro cuando saludó a Antonio Brufau, presidente de Repsol-YPF: Kirchner le guiñó el ojo y le hizo una seña de aprobación. Tal vez un adelanto de la reunión de esta tarde.

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“Julio besó a la reina”, dijo un funcionario de menor nivel. Y en seguida agregó: “a Cristina...”. En efecto, el ministro de Planificación saludó en la mejilla a la primera dama, pero cumplió con las normas del protocolo real.

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El gobernador de Santa Fe, Jorge Obeid, además de jactarse de haber ganado todos los partidos de truco en el avión, con el terceto que integraba con Díaz Bancalari y el Presidente, estaba eufórico en el hall del Hotel Intercontinental después de haber confirmado la reunión que mantendrá hoy con el titular del Instituto Cervantes para conseguir instalar una sede en la ciudad de Rosario. Al encuentro con César Molina concurrirá también el ministro de Educación, Daniel Filmus.

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Además de Enrique “Japonés” García, otro intendente se ocupó de hablar de las cuestiones locales. Julio Pereyra, de Florencio Varela, es también titular de la Federación Argentina de Municipios (FAM) y de la Federación Latinoamericana de Alcaldes (Flacma). Pereyra acordó ayer una próxima visita a la Argentina de representantes de comunas de España para el “intercambio de experiencias”.