EL PAíS • SUBNOTA › KIRCHNER HABLO EN UNA CENA CON POCOS PRESIDENTES
“Enfrentar y resolver las diferencias”, sostuvo Kirchner anoche como fórmula para el crecimiento del Mercosur que hoy tendrá su habitual cumbre semestral. El Presidente evaluó que los procesos de integración son siempre “complejos, largos y sinuosos” y que se vuelve necesario “respetarnos en las visiones que tengamos de cada tema”. Lo hizo en el breve discurso de bienvenida a los jefes de Estado que participaron de la cena de honor que dio en el histórico Palacio Ferreyra.
Tabaré Vázquez fue el primer presidente invitado que arribó anoche al palacio. Kirchner conversaba desde hacía más de media hora con los muchos invitados locales al convite, entre los que había miembros del gabinete como Alberto Fernández, Julio De Vido, Carlos Tomada, Jorge Taiana y Felisa Miceli, gobernadores como Julio Cobos, José Luis Gioja y Eduardo Fellner, sindicalistas como Hugo Moyano, Juan Manuel Palacios, José Luis Lingeri y Julio Piumato e intendentes como Martín Sabbatella.
Como en su último encuentro en Caracas, Kirchner y Tabaré repitieron el abrazo fraternal y cruzaron algunas palabras amables. Kirchner lo llevó luego para que saludara a los invitados. Por cierto, no hubo muchos presidentes en la comida. No estuvieron ni Hugo Chávez, ni Lula, ni Fidel Castro. Evo Morales era el único que todavía no había llegado al país. Tabaré estuvo también en la mesa principal que Kirchner compartió además con la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, y el de Paraguay, Nicanor Duarte Frutos. En la concurrida mesa hubo también muchos argentinos, como Carlos Zannini y Carlos “Chacho” Alvarez.
Kirchner excusó en su discurso a su esposa, la senadora Cristina Fernández. Explicó que no pudo asistir por culpa de “una fuerte gripe”. El Presidente leyó sus palabras, en las que terminó pidiendo un brindis por el Mercosur y “la paz en el mundo”.
El Palacio Ferreyra, el lugar elegido por el gobernador José Manuel de la Sota para la ocasión, fue construido en 1913 con una arquitectura inspirada en el Hotel Kessler, de las afueras de París. El nombre se lo debe a su dueño original, el prestigioso médico Martín Ferreyra, también dirigente del Partido Demócrata. En su época de apogeo, la residencia tuvo visitantes ilustres como Rafael Alberti, Arturo Rubinstein, Francisco “Paco” Aguilar y Bernardo Houssay. Pero después el palacio se fue deteriorando hasta quedar prácticamente deshabitado a partir de la década del ’70. Luego de que tuviera diferentes usos comerciales y hasta se pensara en su demolición, el palacete fue adquirido por la gobernación en 2004 que tomó la decisión de recuperarlo. Ayer, con varios presidentes en su interior, sin dudas vivió su noche más gloriosa.
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