El muro esta vez se desmontó. El paredón de 1,80 metro de alto y de 7 de largo levantado por los asambleístas de Gualeguaychú permaneció en pie durante tres días y hasta las cinco de la tarde de ayer sobre la ruta internacional 136 a la altura de Arroyo Verde y frente al límite con Uruguay. Fueron unos cuatro mil ladrillos en total, más de los que se necesita, dijeron, para levantar una casa. Tras el corte, la asamblea volverá a reunirse mañana a las 20.30. Analizará resultados y nuevos cortes para la semana entrante. Los resultados de la protesta del último fin de semana en el marco de la Cumbre Iberoamericana reconfortaron a los participantes, que festejaron porque ganaron la tapa de los diarios del mundo y obligaron al gobierno argentino y uruguayo a programar una nueva instancia de diálogo.

“Llovía a cántaros justo cuando nos pusimos a derribar el muro”, dice José Gómez, alambrador y uno de los fundadores del movimiento de vecinos de Gualeguaychú que batalla contra la instalación de la papelera finlandesa –ahora única papelera– en la costa uruguaya de Fray Bentos. “Había paraguas para usar, claro, pero no nos servían porque teníamos que ponernos a trabajar.”

El cierre de la protesta que había comenzado el viernes a las dos de la tarde se hizo a las cuatro y media de ayer. “Como habíamos quedado de acuerdo la semana pasada –sigue Gómez–, hicimos una votación y levantamos el corte. Se decidió levantarlo con una votación y sin que más o menos nadie protestara. Estuvimos todos de acuerdo, ahora el martes vamos a volver a discutir”.

Los titulares de los diarios argentinos y uruguayos los despertaron ayer por la mañana con la mediación del rey Juan Carlos de España en el conflicto con Uruguay en la tapa. La noticia adelantó la clausura de la protesta sobre la ruta, a la que se sumó el mal tiempo. De todos modos, la propuesta de mediación española provocó lecturas a favor y en contra.

“Yo tengo mis dudas de que funcione –dice Juan Veronesi, un viejo maestro jubilado y apicultor–. No le doy mucho valor técnico a la propuesta, pero me parece que tiene un alto valor político porque Tabaré (Vázquez) juró que no se sentaría a dialogar con Argentina y ahora los dos países van a tener que hacerlo.” El alambrador Gómez tiene una posición más negativa. Para él, la mediación, tal como está planteada, no sirve. “Sea cual sea la propuesta –explica– Uruguay quiere que se haga un monitoreo y eso para nosotros no va, desde el vamos.” El llamado “monitoreo de contaminación” comenzaría una vez que las plantas se pongan en marcha. Los asambleístas no lo quieren justamente porque lo que intentan es impedir que las papeleras lleguen a esa instancia.

Marta Gorosterrazú es secretaria general de la asamblea ambientalista de Gualeguaychú y se mostró más entusiasmada. “Estoy muy contenta y deseo que se llegue a un buen final –dijo–. Si un tercero puede hacer algo para que este conflicto se solucione, bienvenido sea.” Y como José Pouler, otro vecino, confió que las gestiones del rey Juan Carlos de España “puedan dar resultado”.

Unos y otros se reunirán mañana en un teatro de Galeguaychú para analizar los próximos pasos a la luz del acuerdo de diálogo que se abrió entre España, Uruguay y Argentina. Y en ese contexto estudiaran los cortes y los calendarios. Por un lado, evalúan alguna acción alrededor del próximo 16 de noviembre, cuando se espera la difusión del informe del Banco Mundial sobre el otorgamiento del crédito para Botnia. Por otro, analizan los cortes de la temporada estival.

La Ruta 136 sigue siendo una de las claves del turismo de la región, y ellos saben que los bloqueos –como sucedió el año pasado– son una de las formas de ganar espacio en la prensa, molestar y presionar a los gobiernos. En ese sentido, sus posiciones están divididas entre quienes promueven cortes episódicos y quienes evalúan que será necesario hacerlos de forma completa desde diciembre hasta febrero o comienzos de marzo, como lo hace el grupo de Gómez.