El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y Hugo Chávez reactivaron ayer proyectos de integración energética, entre ellos el primer tramo del Gasoducto del Sur, que une Venezuela con el nordeste brasileño. Según explicó el canciller brasileño Celso Amorim, “la principal decisión fue reforzar y acelerar las asociaciones que ya habían sido decididas”, ante los retrasos en la construcción de una refinería en el estado brasileño de Pernambuco, uno de los varios acuerdos firmados entre las petroleras estatales de ambos países. Durante este encuentro también se habló del nuevo Gasoducto del Sur, un proyecto que llevará el combustible venezolano hasta el Río de la Plata y que se calcula que costará más de 20.000 millones de dólares. Amorim reveló que durante la reunión se recomendó “crear de inmediato una comisión bilateral” para agilizar el tramo entre Brasil y Venezuela. Chávez dijo que la construcción podría iniciarse en paralelo en varios puntos, pero reconoció como “prioritario” este tramo, a causa de “la fragilidad” energética en el norte y nordeste de Brasil.