“Vengo a hablar de nuestro dolor frente a la injusticia, agravado por el reciente insulto que pretende endilgarnos el carácter de extranjeros. ¡Nosotros somos argentinos y judíos, sin necesidad de embajadores! (...) Primero destruyeron la embajada de Israel, ‘pero era de otro país’... Luego destruyeron el edificio de la AMIA, ‘pero era de otra colectividad’... La próxima, vendrán por la República... ‘y quizás ya sea demasiado tarde’. (...) Vivimos una época donde confluyen años de destrucción de las redes sociales, plagadas de comportamientos mafiosos en distintos sectores del poder. El resultado y efecto de ello es la desocupación, el hambre y la incertidumbre sobre el futuro. (...) Hace ocho años que venimos empeñados en una causa que fue saboteada desde las propias entrañas del Estado, que venimos acumulando razones poderosas para no esperar nada creíble de los policías, de los jueces, de los funcionarios y de los dirigentes políticos. (...) A la Argentina la violaron el 17 de marzo de 1992, cuando destruyeron la embajada de Israel y asesinaron a 29 personas, la volvieron a violar el 18 de julio de 1994 y mataron a 85 personas. Y ni siquiera ante crímenes tan despreciables y masivos, se asumieron estos hechos como una cuestión de Estado. (...) La debilidad en la investigación, surge de las propias palabras del juez Galeano: ‘existieron actos de corrupción pública y privada que sin lugar a duda son las razones mismas de la sensación de impunidad’. De no esclarecerse esta masacre la Argentina está expuesta a sufrir un tercer atentado. Pese a los gobiernos¡jamás renunciaremos a nuestro reclamo de justicia!”
* Discurso del Lic. Abraham Kaul, presidente de la AMIA.