Mauricio Macri prefirió hablar de las lamparitas. Cuando se le preguntó sobre el caso Skanska, dijo: “No nos vamos a meter en la interna del oficialismo”. De esa manera evitó pronunciarse sobre los dichos del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, en el recinto de la Cámara de Diputados. En esa ocasión, Fernández había destacado que existen cuatro facturas emitidas en favor del gobierno porteño que lo involucrarían en el escándalo de la empresa sueca Skanska. Macri participó de un encuentro con vecinos de Núñez. Luego de evitar pronunciarse sobre el caso, se explayó sobre la importancia de urbanizar, iluminar la zona y crear un banco de datos genéticos para combatir los hechos de violaciones.

Involucrada de lleno en la campaña electoral porteña, la ministra de Derechos Humanos y Sociales del gobierno porteño, Gabriela Cerruti, pidió la renuncia del jefe de Gabinete. Lo calificó de “personaje nefasto y oscuro”. “Ni las facturas eran truchas ni la empresa es fantasma”, respondió Cerruti para refutar los dichos de Fernández.