EL PAíS • SUBNOTA › USUARIOS ILUSIONADOS, AUNQUE TAMBIEN ESCEPTICOS
Una pared de escepticismo, pero con algunas filtraciones de esperanza. Eso demostraron ayer los usuarios de la ex línea Roca de ferrocarriles ante el cambio de concesionario que anunció el Gobierno para esa red que conecta el sur del Gran Buenos Aires con la Capital Federal. “No sé si va a cambiar algo, pero espero que sí”, fue la opinión prototípica de los pasajeros consultados por este diario. En tanto, en la línea San Martín, desde 2004 a cargo de la empresa designada ahora para ponerse al frente del ex Roca, los pasajeros afirmaron que –desde ese cambio– el servicio es “un poquito mejor”, aunque remarcaron que las falencias de limpieza y mantenimiento subsisten.
En Plaza Constitución empieza a caer la noche y con ella llega la hora pico de afluencia de usuarios. En ese horario, la mayor parte de la gente emprende el regreso del trabajo hacia su casa y el hall es un hervidero de personas que van y vienen. Raúl Volozo es usuario del ramal diésel que va a La Plata vía Quilmes y se entera del cambio de concesionario por la consulta de Página/12. “Y... tiene que ser para mejor, porque peor de lo que está ahora es imposible. Esperemos que nos beneficie. Igual, creo que el Estado se debería haber hecho cargo, en lugar de entregarlo a otra empresa”, sentencia, mientras mira el horario del próximo servicio en un cartel electrónico.
“Se comunica al público usuario que el servicio de las 18.20 con destino a La Plata ha sido cancelado”, gritan los altoparlantes, y rápidamente se genera una seguidilla de bufidos e insultos en voz baja entre los pasajeros que esperaban. Alberto Albornoz, uno de ellos, sostiene: “Creo que el traspaso puede mejorar las cosas. Lo mínimo que tiene que cambiar es que respeten a la gente, manteniendo los horarios y mejorando el estado de los coches”.
El incumplimiento de los horarios anunciados está en el tope de las quejas de los usuarios. Después le siguen, muy cerca una de la otra, las cuestiones de la limpieza en los vagones y la poca frecuencia de servicio. El primero y el último punto son los que hacen que, según los consultados, en la ex línea Roca “se viaje como ganado”. “Pienso que el cambio de manos va a ser beneficioso. El mes pasado se cansaron de suspender servicios durante la mañana, en la hora de más afluencia. Creo que, además del estado de las formaciones, debe mejorar también la seguridad dentro de los coches”, aporta Luis Junco, pasajero del ramal eléctrico Constitución– Ezeiza.
La línea San Martín, en tanto, está a cargo desde 2004 de Ugofe, la misma empresa que el Gobierno designó ahora al frente del ex Roca. Entre los usuarios de esta red, cuyas terminales son Retiro y Pilar, la opinión preponderante es que ese traspaso redundó en una mejora del servicio. Aunque, rápidamente, los pasajeros aclaran que “sólo un poquito”, y sacan su lista de reclamos, no muy distintos a los de la gente de Constitución.
“Este concesionario incorporó algunos servicios rápidos, que permitieron descomprimir un poco la cantidad de gente por tren. Eso hizo que el servicio mejore algo, no mucho”, explica Diego Alfonso, mientras hace la cola para comprar su boleto en una de las cuatro cajas del hall. En el mismo sentido, Nancy Ramos señala que “el respeto de los horarios es mayor ahora, pero hace falta que se sumen más rápidos, porque en las horas pico no se puede viajar de tanta gente que hay. El servicio mejoró, pero todavía falta mucho”. En Retiro ya pasaron las 19 y la afluencia de pasajeros empieza a aflojar. Será hasta la próxima jornada.
Informe: Eugenio Martínez Ruhl.
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