EL PAíS • SUBNOTA › DANIEL FILMUS
› Por Nora Veiras
“Tenemos un dirigente en serio en la ciudad, con votos, respetable, que ha crecido. Este no es el final sino el inicio de la construcción de algo distinto.” El reducido grupo de confianza y confidente de Daniel Filmus analiza la derrota electoral en términos de victoria a futuro. Con el 40 por ciento de los votos, el ministro de Educación despuntó en su primera contienda para un cargo electivo como el peronista más votado en el segundo distrito del país desde el retorno a la democracia. Ese bagaje lo posiciona casi como número puesto para una banca a senador o diputado por la ciudad en octubre. “Hay cierta inevitabilidad en la política”, se lo escuchó decir a Filmus cuando algunos se lanzaban a especular sobre su futuro inmediato. En otras palabras, sabe que su lugar será el indicado por el proyecto kirchnerista.
“Hoy lo único seguro es que Daniel no quiere otro período como ministro. Eso ya está”, repiten sus colaboradores. Este sociólogo de 52 años que empezó a militar en el peronismo en los albores de los ’80 consolidó su carrera desde la educación. Subsecretario del área durante la gestión de Carlos Grosso, luego director de la Facultad Latinoamérica de Ciencias Sociales (Flacso), asesor de la ministra Susana Decibe durante el gobierno de Carlos Menem, secretario durante la Jefatura de Gobierno aliancista de Aníbal Ibarra y ministro con Kirchner, su trayectoria encontró una bisagra. A partir de la campaña electoral que acaba de terminar, Filmus dejó el lugar de técnico, de especialista, para transformarse en un candidato apetecible para la contienda política.
“Tardamos más de veinte años en generar un dirigente con futuro. Desde Carlos Grosso que el peronismo porteño no tenía una figura de envergadura”, memoró un dirigente del Frente para la Victoria que, lejos de asociar el destino del ex intendente al del ministro, apuntaba la mira a las expectativas que había generado Grosso como referente de un proyecto renovador.
El kirchnerismo porteño no es exactamente una cantera de dirigentes carismáticos para lanzar al ruedo en octubre. En ese escenario Filmus podría ser el primer candidato a senador. Esa banca le interesa más que la de diputado en la que también tiene chances de ser la figura elegida. La posibilidad de consolidarse como referente político porteño en los próximos cuatro años para insistir por el cargo que esta vez los votos le entregaron a Mauricio Macri es una de las hipótesis manejadas.
Filmus siempre se imaginó en puestos ejecutivos, la tarea legislativa no lo seduce especialmente, pero sabe que “se debe a la causa”. La “causa” no es otra que la voluntad del oficialismo para ubicar a sus hombres y mujeres en los casilleros que considere más convenientes. Los filmusistas saben que su referente jamás osaría imitar a Rafael Bielsa, el ex canciller que primero aceptó y luego rechazó la embajada en Francia tras la derrota en los comicios legislativos de hace dos años. El desplante lo sacó del círculo de confianza en que se cierra el kirchnerismo.
¿Quién será el líder de la oposición a Macri en la ciudad? Esa es una de las dudas en torno del papel de Filmus. Sus colaboradores no lo ven asumiendo el rol de fiscal de la gestión de la derecha. Aseguran que el ministro de Salud, Ginés González García, elegido legislador por el oficialismo, tiene un perfil más adecuado para dar esa batalla. Descuentan también que Aníbal Ibarra, que ganó su banca por Diálogo por Buenos Aires, está dispuesto a –es más, espera– su revancha. En marzo del 2006 fue destituido por la Legislatura a raíz de la tragedia de Cromañón; fueron los macristas quienes encabezaron la embestida. Dependerá de los movimientos en el nuevo tablero durante los próximos cuatro años para saber si la revancha lo llevará a querer volver a la Jefatura de Gobierno.
“Hay que ver cómo funciona la alianza del Frente para la Victoria con Diálogo por Buenos Aires. Si esa convivencia de peronistas, socialistas, radicales sueltos, izquierda, organismos de derechos humanos puede consolidarse o será un cambalache que se desintegre sin más”, repetía un analista incrédulo por la fortaleza de acuerdos que respaldaron a Filmus. El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, quien bendijo la postulación del ministro de Educación, salió airoso de su batalla más personal que política con Jorge Telerman, al dejarlo fuera del ballottage y colocar a su hombre en el segundo puesto. Fernández se proyectó más de una vez como el candidato a jefe de Gobierno, pero sucesivas encuestas parecen haberlo convencido de abandonar el desafío. Ante esa certeza, la mirada la fijó en Filmus como el dirigente que encarna “el kirchnerismo” en la ciudad.
“Empezamos con el 6 por ciento y llegamos al 40 por ciento, es Daniel (Filmus) el que logró esa epopeya”, repetían anoche los amigos del ministro. El aval de los votos determina otra relación de fuerzas. Reconocen que “Alberto” es el jefe político del distrito, pero “Daniel” es el que logró el apoyo de la gente. La relación con el presidente Néstor Kirchner se afianzó a lo largo de la campaña y los oficialistas recuerdan que “primero tuvimos que luchar contra la idea de que a Filmus lo iban a bajar porque no llegaba. Fue Telerman el que puso la fecha de elecciones con el sólo fin de evitar el posicionamiento de Daniel, ni eso le salió bien. Y logramos perforar los 40 puntos en el ballottage. Ahora empieza otra etapa”.
Filmus es ahora la principal figura de la oposición en la Ciudad de Buenos Aires. El kirchnerismo mira hacia adelante y prefiere no analizar qué pasó para que la derecha empresaria llegara al poder, por vía democrática, en la vidriera del país.
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