Martes, 10 de julio de 2007 | Hoy
En Pergamino salieron a hacer muñecos de nieve. En Moreno, los chicos patinaban sobre el terraplén de la autopista, cubierto de nieve. En Catamarca adelantaron una semana las vacaciones de invierno. Trastornos en el tránsito.
Algunas madres, rápidas de reflejos, llegaron a distribuir camperas y bufandas entre sus hijos antes de que alcanzaran la puerta de calle. En muchos puntos del país se vivió el espectáculo y también se sufrieron los trastornos ocasionados por la nieve. El fenómeno que se extendió fue más intenso en Catamarca, La Rioja, Córdoba y el norte de la provincia de Buenos Aires, donde chicos y grandes coparon las plazas para armar muñecos de nieve. Hubo rutas cortadas en San Luis y en Río Cuarto, y en la capital de La Pampa la temperatura llegó a 11 grados bajo cero.
Las cámaras, como nunca, sirvieron para congelar imágenes. Lilian Fernández, de Córdoba capital, contó a Página/12 que envió una foto del jardín de su casa, con “todo el pasto blanco”, a sus primas porteñas. “A esa hora todavía no había nevado allí”, aclaró. Los habitantes de la capital celebraron el fenómeno, que no se registraba desde el 3 de mayo de 1971 y que se combinó con temperaturas bajo cero. La nevada también sorprendió a los turistas que fueron a descansar el fin de semana largo a los valles de Punilla, Calamuchita y Traslasierra.
En La Rioja, los habitantes de la capital amanecieron con el alboroto de los madrugadores que descubrieron los techos y los árboles cubiertos de blanco. El fenómeno también provocó inconvenientes en el tránsito. Es el caso de San Fernando del Valle de Catamarca, que quedó incomunicada debido a la nieve que se acumuló en el cerro Ancasti y en la Cuesta de la Cébila. Otros puntos como la cuesta El Portezuelo, el paso San Francisco y Las Chacritas quedaron “intransitables” por la lluvia y la nieve caída.
La ola polar obligó al gobierno catamarqueño a adelantar para hoy el inicio de las vacaciones de invierno, previstas para dentro de una semana. San Luis y Tucumán fueron alcanzados por la ola de frío polar y el temporal de nieve, que complicó el tránsito por las rutas provinciales.
En el Gran Buenos Aires y en el interior de la provincia hubo gente que salió a festejar. Con mucho abrigo, habitantes de Pergamino se reunieron en calles y plazas a jugar con la nieve. “Fue toda una novedad para nosotros y por eso hubo mucha euforia. Muchos salimos con las camaritas y otros se pusieron a hacer muñecos con la nieve”, contó Alejandro Pérez, un habitante de esa ciudad, a este diario.
Carmen de Areco también amaneció blanca. Mari Magnaghi, vecina de esa localidad y directora de una escuela local, viajaba al acto por el Día de la Independencia cuando vio caer los copos. “La gente salió en sus autos, motos y bicicletas a recorrer el centro. Estaban todos enloquecidos. El frío no paró a nadie en el pueblo”, relató entusiasmada.
Los terraplenes que rodean la autopista del oeste, en Moreno, también habían quedado blancos y los chicos aprovechaban para deslizarse en tobogán, sin importarles el frío. “Fue impresionante ver las plantas, los techos de tejas blancos”, relató Paula Rodríguez, que vive en San Justo, partido de La Matanza. Aunque no alcanzó para armar muñecos, pudo ver el jardín con un paisaje diferente.
Desde la Base Marambio, Antártida Argentina
La paradoja del clima, vista desde la Antártida, se presentó ayer en toda su dimensión. Mientras en la pantalla de televisión se veía una Argentina nevada, los grandes ventanales de la Base Marambio devolvían después del mediodía no sólo ausencia de copos sino también un cielo mayormente despejado y un viento moderado. Eso sí, el frío no cedió y marcó una mínima de 27 grados bajo cero.
Luego de una semana con seis días bajo intenso temporal, lo de ayer se pareció a un oasis en este desierto. La visibilidad permitió encontrar una imagen llamativa de la Antártida: la superficie rocosa donde se apoya la base quedó totalmente a la vista, al igual que el suelo de la costa que, varios metros más abajo, lleva al mar de Weddell.
El pronosticador del Centro Base Marambio, Aldo Schefer, explicó que la mejoría en las condiciones se debió a que “las últimas horas del temporal se dieron con viento del sector sur”, lo que produjo “una entrada de aire más frío, que permitió que el cielo pasara de estar cubierto a presentarse parcialmente nublado”.
Durante los días que duró el temporal, una fina nieve volaba en toda la zona, arrastrada por el viento en un fenómeno muy vistoso que se llama ventisca. Los habitantes locales señalan que la imagen “pelada” que se observaba ayer es consecuencia de ese movimiento ventoso, que despeja de nieve a las superficies.
Al observar las tomas de copos cayendo en Buenos Aires, llegaba ayer a la cabeza la idea de que el viento que se llevó de aquí la nieve acumulada no hizo más que transportarla hasta otras zonas del país, como para variarle el destino al menos por un día.
Informe: Eugenio Martínez Ruhl.
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