“El país tendrá una presidenta que va a hacer historia. Una mujer, una presidenta que viene dispuesta a profundizar el cambio con más cambio”, afirmó ayer Néstor Kirchner. Fue durante el acto por el 9 de Julio en Tucumán, donde se mostró una vez más junto a su esposa Cristina Fernández y la respaldó en su carrera a la presidencia. El mandatario también avaló la postulación para un nuevo mandato del gobernador de esa provincia, José Alperovich, y a modo de balance de su gestión al frente del país citó la disminución de la pobreza y el desempleo, la reivindicación de la soberanía en Malvinas y la renegociación de la deuda externa con acreedores privados.

En su visita a Tucumán, Kirchner encabezó un acto político en el hipódromo de la capital provincial y pasó también por la Casa Histórica. Estaba previsto que en primer término fuera el sitio donde se firmó la Declaración de la Independencia en 1816, pero el intenso frío y la llovizna que caía a la hora de su arribo a la provincia lo obligaron a cambiar sus planes.

Kirchner llegó a Tucumán poco después del mediodía. La temperatura a esa hora era inferior a los tres grados y menor aún la sensación térmica. Además de su esposa, en la comitiva lo acompañaron, entre otros, el vicepresidente, Daniel Scioli, y su mujer, Karina Rabollini; el mandatario de Buenos Aires, Felipe Solá, y los ministros Nilda Garré, Aníbal Fernández, Julio De Vido, Alicia Kirchner, Alberto Iribarne, Carlos Tomada, Jorge Taiana y Felisa Miceli. La presencia de la titular del Palacio de Hacienda fue interpretada como un gesto de respaldo de Kirchner.

Debido al clima imperante, Kirchner no se trasladó desde y hacia el aeropuerto en el helicóptero, sino por tierra, y se dirigió directamente al hipódromo. Así se lo pidió Alperovich, porque en ese lugar lo esperaban los simpatizantes convocados por el PJ tucumano, que a pesar del frío habían llegado temprano al lugar, en busca de una buena ubicación en las tribunas.

Fue en ese marco que Kirchner le dio un nuevo empujón a la candidatura de la senadora Fernández para el próximo 28 de octubre. “El país tendrá una presidenta que va a hacer historia. Una mujer, una presidenta que viene dispuesta a profundizar el cambio con más cambio, a hacer el cambio dentro del cambio y a darle a la Argentina la construcción de dignidad y justicia que en definitiva el pueblo merece”, señaló ante la sonrisa y mirada atenta de su esposa.

Kirchner también insistió con la denuncia sobre la existencia de una “campaña sucia”. “Que sigan adelante con esa campaña sucia, que nosotros vamos por el amor, la dignidad y por el encuentro de todos los argentinos”, dijo y añadió que “el 28 de octubre las urnas se van a llenar de buena memoria y se van a terminar las especulaciones, operaciones que estamos viendo”.

En lo que sonó a un balance de gestión, Kirchner remarcó que está “cumpliendo con la patria y con el pueblo” y enumeró entre sus logros la disminución de la pobreza y la desocupación, la reivindicación de la soberanía en Malvinas y la renegociación de la deuda externa con acreedores privados. Además pidió estar “atentos” a “intereses” de sectores “oligopólicos y monopólicos que se mueven en distintos sectores de la economía que quieren subordinar al pueblo”.

El otro orador del acto fue Alperovich. Habló antes que Kirchner y llamó a la senadora como la “futura presidenta de la Nación”. “Confiamos en usted, compañera, porque ha demostrado el temple y la lucidez necesarios cuando las circunstancias lo exigían y estamos seguros de que pondrá la misma pasión e inteligencia en la conducción del Estado”, la alabó.