Los neumáticos impedían el paso en la ruta 205 a la altura de El Jagüel. Pero esta vez el piquete no era para exigir trabajo, como tantos otros, sino para reclamar justicia. Los manifestantes, llegados desde Ezeiza y otras localidades, hicieron público su repudio al crimen de Peralta. También hubo un escrache a un concejal justicialista, una marcha hacia la Municipalidad de Esteban Echeverría y otra a la Plaza de Mayo, además de dolorosas escenas en la casa donde se llevó a cabo el velatorio.
Despertaron con la indignación atravesada en la garganta. Y la furia que había comenzado en la noche del lunes contra la comisaría de El Jagüel se trasladó ayer hasta la Municipalidad de Esteban Echeverría. Los compañeros y directivos de la escuela donde Diego terminaba su tercer año del polimodal marcharon hacia la sede comunal para exigir que se remueva a los policías de ese destacamento. La dependencia policial –que había sido apedreada y quemada la noche anterior– amaneció custodiada por varios efectivos policiales. En tanto, las autoridades del colegio privado “El Jagüel” decretaron dos días de asueto por duelo.
Por su parte, cerca de 30 personas de localidades cercanas y no tanto a El Jagüel, donde vivía Diego junto a su familia, cortaron la ruta 205 frente a la estación e incendiaron cubiertas de vehículos para rechazar la demora en el esclarecimiento del caso, que terminó con el joven muerto.
También el Bloque Piquetero repudió lo sucedido y organizó una marcha desde el Obelisco hasta la Plaza de Mayo. “Salimos a la calle para reclamar entre todos contra la policía, porque queremos juicio y castigo, cárcel y perpetua para los responsables del crimen de Peralta”, dijo Beto Ibarra, dirigente del Bloque.
Además, un grupo de vecinos realizó un escrache contra el concejal justicialista Pablo Artone, a quien acusaron de “chorro y narcotraficante” frente a su vivienda de la calle Algarrobo al 500, a apenas una cuadra de la comisaría de El Jagüel. Pero eso no fue todo. Cuando Artone se animó a salir a la calle una vecina le estampó un sopapo en plena cara. Y el velatorio, que se desarrolló a la tarde en una funeraria de Monte Grande,
estuvo repleto de amigos, vecinos y familiares, a tal punto que una amiga del joven asesinado sufrió un desmayo. Todos los asistentes coincidieron en reclamar la detención inmediata de los asesinos.
El jefe de la Departamental de Lomas de Zamora, Claudio Smith, informó que hay seis detenidos por el robo a una casa de deportes del barrio y once policías heridos “como consecuencia de los objetos arrojados”.