EL PAíS • SUBNOTA
La Cámara en lo Penal Económico rechazó las razones esgrimidas por la jueza Novatti para excusarse, así que la causa de la valija volvió a sus manos. Hoy podría ordenar la detención del venezolano Antonini Wilson. Interpol, que lo tiene localizado, lo apresaría en pocas horas.
› Por Raúl Kollmann
La jueza María Marta Novatti, confirmada ayer como magistrada de la causa de la valija con los 800.000 dólares, podría convalidar hoy mismo la orden de captura contra el venezolano-norteamericano Guido Alejandro Antonini Wilson. En ese caso, la detención del hombre de la valija sería casi inmediata, porque Interpol sigue el caso y tiene localizado al misterioso hombre de negocios. La Sala B de la Cámara en lo Penal Económico señaló ayer en una resolución que las razones de “decoro y delicadeza” que adujo Nova-tti para no actuar en el caso “no son graves” y, por lo tanto, debe seguir al frente del expediente. Eso la llevará a decidir sobre dos cuestiones: si se trata de un caso de contrabando y si corresponde la orden de captura contra Antonini. En Tribunales afirman que Novatti, en caso de que no insista con la excusación, les diría que sí a ambos planteos de la fiscal Luz María Rivas Diez. El conocido abogado en materia de derecho aduanero Héctor Vidal Albarracín señaló ayer que todavía no es el abogado de Antonini y que el venezolano tiene que cumplir algunos requisitos para que el letrado actúe como su defensor.
Los camaristas Marcos Grabivker, Roberto Hornos y Nicanor Repetto actuaron con rapidez poco habitual para que la causa de la valija no estuviera sin juez. En una resolución de cuatro páginas señalaron que las razones expuestas por la jueza Novatti no están dentro de las señaladas por el Código como causales de excusación y la razón de “decoro y delicadeza” no es lo suficientemente grave.
En su escrito, Novatti dijo que se sentía agraviada por las críticas del titular de la Aduana, Ricardo Echegaray. El funcionario señaló que se le informó al juzgado, el domingo 5 al mediodía, sobre la aparición del dinero, su secuestro y la apertura de un expediente por infracción aduanera. Que la secretaria de la jueza, Luisa Albamonte, le ordenó a la Aduana que siguiera instruyendo el caso como infracción y no pidió la detención de Antonini, que salió del país el martes siguiente a las 6. La jueza dijo en su escrito que “los hechos señalados no se corresponden con la realidad, toda vez que la suscripta en ningún momento impartió instrucciones, que por otra parte no me fueron requeridas, acerca de cómo debía continuar el trámite el sumario de la Aduana”. Como Novatti se sentía en medio de una polémica, consideró que podía afectar los derechos de las partes. La Cámara valoró su decisión, pero dio a entender que se trata de un choque casi habitual entre jueces y funcionarios.
Mientras se producían estas idas y vueltas, la fiscal mantuvo la ofensiva y a la jueza le esperan dos decisiones que tendrá que tomar rápidamente. En Tribunales se dice que resolvería hoy mismo.
Por un lado, si califica el hecho como contrabando. Para la Aduana –y en cierto sentido también para la Policía Aeroportuaria de Seguridad (PAS)–- se trató de una infracción aduanera, no de contrabando, porque en el acta que se formalizó aquella noche aclararon que no hubo ocultamiento. Además existe una amplia jurisprudencia (ver recuadro) de que ingresar dinero sin declarar no es contrabando, sino infracción. Lo que sucede es que cuando fueron a declarar los dos funcionarios de la Aduana y los dos de la PAS presentaron un cuadro diferente. Contaron también que Antonini dijo que traía papeles y que después trató de convencer a los funcionarios de que sólo se trataba de 60.000 dólares. Sobre esa base, la fiscal calificó el hecho como contrabando, tomando además en cuenta que se trata de una cifra sin declarar fuera de lo común, que no es para darle un uso habitual y que el venezolano debía calcular que entrando a esa hora y rodeado de funcionarios no lo iban a revisar. Todo indica que Novatti va a convalidar la postura de Rivas Diez. En Tribunales ya adelantan que si se plantea una apelación, la Cámara sostendría un criterio similar.
La otra cuestión a resolver es la orden de captura internacional. El cuadro con el que se enfrentó la fiscal es que Antonini se fue de la Argentina, en el formulario de Migraciones fijó un domicilio ficticio, que es el de la compañía de viajes ejecutivos, y ni siquiera se presentó en la causa en forma oficial, aunque fuera para recuperar parte del dinero que le incautaron.
Desde el primer día se viene diciendo que el venezolano designaría como defensor a uno de los máximos referentes en materia de derecho aduanero, Vidal Albarracín. Ayer el letrado aclaró las cosas. Dijo que sólo asumiría la defensa en caso de que ese cargo le fuera propuesto por Antonini, con su firma certificada y legalizada en el consulado de Miami; que el siguiente paso sería darle una primera mirada al expediente y, por último, le requeriría a Antonini el compromiso de que se presente a declarar si lo citan. El letrado igualmente presentó un escrito en el expediente, sin invocar la representación de Antonini, en el que sostiene que, de acuerdo con el acta labrada aquel sábado a la madrugada, lo ocurrido “no puede superar el ámbito de la infracción al régimen de equipaje y que por ello Antonini Wilson se retiró del país porque no había ningún indicio de que hubiera cometido un delito”.
Si Novatti convalida la orden de captura, ésta será entregada a la Policía Federal, que, a su vez, la cursará a través de Interpol. Antonini ya está ubicado por la policía norteamericana, de manera que su detención se produciría pocas horas más tarde, según aseguraron fuentes judiciales.
En forma paralela, es muy posible que la fiscal siga avanzando. Se dice que apuntará al resto de los pasajeros del vuelo fatídico.
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