EL PAíS • SUBNOTA
Un ministro deslizó que seguramente “habrá tensiones” en la cumbre de Montevideo. Y no sólo por las papeleras. En la comitiva adelantaron que no aceptarán que Uruguay vuelva a plantear acuerdos por afuera del bloque.
› Por M. P.
desde Brasilia
“Va a haber tensiones.” La frase la pronunció un ministro argentino en el lobby del hotel Kubitschek. Se refería a la próxima cumbre del Mercosur, que se realizará en Montevideo a mediados de diciembre. Para esa fecha Cristina Fernández de Kirchner ya será presidenta electa. Y será la segunda vez que se encuentre con Tabaré Vázquez desde que el mandatario uruguayo dio la orden para que Botnia comenzara a funcionar. Antes de Montevideo, CFK y Tabaré se verán las caras en Buenos Aires durante la asunción presidencial del 10 de diciembre. La crisis por las papeleras será el telón de fondo de la próxima cumbre. Esta semana se anunció que el Gobierno destinará cinco millones de dólares al plan integral de vigilancia ambiental en Gualeguaychú. Pero el pronóstico –a todas luces realista– del funcionario argentino no se limita sólo a las pasteras: en Brasilia vaticinaban problemas por la intención del ministro de Economía uruguayo, Danilo Astori, de negociar acuerdos de libre comercio bilaterales por afuera del bloque. “Eso haría retroceder al Mercosur a un mero tratado de libre comercio. Es inaceptable”, sentenciaban ayer en la comitiva argentina, donde sostenían que ya no había espacio para esos escarceos.
Aunque hasta ahora se han mantenido en silencio, sobre todo para no agregar otro elemento conflictivo a la crisis argentino-uruguaya, en Brasil siguen el tema con mucha atención. Las declaraciones de Astori podrían terminar haciendo que Itamaraty abandone su cautela y se expida abiertamente sobre la cuestión. Hasta ahora la posición oficial de la Cancillería brasileña ha sido mantenerse al margen del conflicto bilateral por las papeleras. En todo caso, y con estricta reserva, apoyan la propuesta de que se coloque un paraguas diplomático sobre el diferendo, para que así se pueda avanzar con las demás negociaciones del Mercosur. Ayer a la tarde, a la salida de la reunión en Planalto, ninguno de los funcionarios habló de Uruguay. El asesor en política exterior de Lula, Marco Aurelio García, se detuvo a hablar con la prensa durante casi media hora. No nombró a Uruguay en ningún momento.
Donde el tema no pudo ser soslayado, obviamente, fue en la comitiva argentina. En la Casa Rosada también eran partidarios de encapsular la cuestión de las papeleras para no paralizar el resto de la relación bilateral pero lo que sucedió durante la Cumbre Iberoamericana de Santiago de Chile minó los puentes. Para darse cuenta bastaba ver la cara del presidente Néstor Kirchner la noche en que Tabaré Vázquez lo abrazó en el acto de inauguración de la cumbre al mismo tiempo que en Montevideo se daba a conocer el decreto habilitando el funcionamiento de Botnia.
Desde ese momento que se viene rumiando la bronca y ayer un ministro argentino lo dejó en claro. “Va a haber tensiones”, deslizó cuando se le pidió un pantallazo de lo que será el futuro encuentro de mandatarios del bloque, apenas unos días después de que Cristina Kirchner asuma la presidencia en Buenos Aires, en un acto al que Tabaré prometió asistir.
“Esta vez no vamos a permitir que Uruguay vuelva a sacar el tema de los acuerdos por afuera del bloque. Que se terminen de definir. Si lo dicen les vamos a plantear que hasta acá llegamos: que digan si están adentro del Mercosur o afuera”, resumía la semana pasada un funcionario de Cancillería que suele tratar estos temas con los uruguayos.
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