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Simpatías y antipatías de Alfonsín
“Yo creo que cada vez más tenemos que pensar en nosotros: si el FMI no nos pide un ajuste regresivo hay que procurar arreglar, pero si nos piden semejante cosa hay que huir de esa posibilidad y ver a través de nuestro propio accionar, nuestro sentido de la solidaridad, nuestra austeridad, nuestros propios problemas, en el marco del Mercosur”, dijo ayer Raúl Alfonsín, que retomó así los cuestionamientos a los organismos internacionales, uno de los ejes de su discurso. Cuando le pidieron precisiones sobre qué implica un ajuste regresivo, el ex presidente definió: “Tener mucho más desempleo, que tengamos que bajar los sueldos, privatizar la banca nacional, tantas medidas que fueron analizadas por Joseph Stiglitz”.
En un reportaje con la agencia DyN, Alfonsín también fue consultado por la postulación presidencial de Elisa Carrió. “No creo que gane, pero vamos a ver cómo actúa y de quién se rodea, con quién llega al gobierno. Creo que ha hecho mucho daño a la política argentina; por un lado ha hecho bien con sus denuncias, pero lo malo es que ha generalizado y entonces ha sido funcional, sin quererlo seguramente, a la antipolítica. Esto es complicado porque mata el debate serio”. En cuanto a Luis Zamora, el radical aseguró que le tiene “simpatía” por “el sentido atípico de sus propuestas, sin perjuicio que yo coincido en cuanto al criterio que hay que generar asambleas, generar participación, pero no en la posibilidad de que se pueda gobernar a través de las asambleas”.
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