No creo en ninguna de sus justificaciones, yo conozco de todo en cuanto el Sr. Ciro Bustos hizo en la cárcel de Bolivia. Hizo mi pintura tan bien, tan perfectamente hecha que por ella se me buscaba en todo Bolivia; al igual todas las otras que hizo.
Pero que a mí, personalmente, deseo que me explique delante las cámaras sus actitudes de colaboración con el ejército de Bolivia. Yo conozco de todo su compadreo con Cuba, pero ya está bueno de justificar y de queriendo llevar su responsabilidad a otros que tienen honor.
Quisiera que me explique su participación física y directa en el mes de agosto del ‘67, cuando acompañaba al ejército boliviano a las cuevas del campamento central (del Oso), donde se encontraban las medicinas del Che.
Quisiera que me explique sin hacer un recuento revolucionario de su persona, sino de su actitud que se recuerde ese señor que día a día a las 7 de la tarde Radio Altiplano de La Paz daba las noticias con lujos de detalles de los pasos que daba el ejército en la zona guerrillera. Cada vez que llegaban a una cueva, presentaban públicamente todo lo que encontraban en ellas. “Allá va otra noticia del Pelado” –repetía el Che.
Que explique también por qué su señora tenía acceso a la cárcel todos los días, donde iba a confeccionarle sus alimentos a una celda preparada para él, donde tenía acceso a libros y periódicos cuando a los otros presos, como Regis Debray o Camba se les negaba todo.
Desafío al Sr. Ciro Bustos a una conferencia de prensa, donde y cuando quiera, que me invite a Suecia, si quiere, y poder responderle en su cara.
Benigno
París